viernes, 23 de marzo de 2012

Raja Ampat, Días Seis y Siete - Regreso a Sorong

Último capítulo de nuestra travesía por Raja Ampat. El quinto día iniciamos el camino de retorno desde Pulau Wayag hasta Sorong, en la isla de Nueva Guinea. Al igual que habíamos hecho a la ida, a mitad de trayecto nos detuvimos en Pulau Kri.



El humilde resort de cabañas junto a la playa de Yenkoranu Homestay ofrecía todo lo que necesitábamos: un embarcadero donde amarrar nuestro barco, un sitio donde pasar la noche y con desayuno, comida y cena incluídos. Todo por el módico precio de Rp 350.000 a dividir entre tres.



Fue una elección acertada quedarnos allí. Estábamos tan a gusto que no teníamos ninguna prisa por volver a la civilización.



Contra todo pronóstico habíamos cumplido con el calendario de viaje y nos sobraba un día, así que lo dedicamos a descansar tirados en la playa y coger algo de tono en la piel. No vaya a ser que al volver a casa no noten que hemos pasado unos días por el ecuador.







Combinamos el sol de mediodía con las siestas a la sombra de una palmera y con un chapuzón en el mar o un paseo por la playa de Kri. Tras el ajetreo de los días anteriores agradecíamos muchísimo esos momentos de tranquilidad.



Así es como el día pasó volando y de nuevo nos encontramos tumbados en las hamacas del pequeño muelle contemplando el atardecer. El último atardecer que veríamos sobre las aguas de Raja Ampat.



A la mañana siguiente recogimos y nos despedimos de la alegre familia que regentaba el homestay. Les dimos gracias una y mil veces por haber sido tan atentos con nosotros.



Ya por la tarde arribamos al puerto de Sorong. Después de pasar cinco días perdidos por el Mar de Halmahera regresábamos a la civilización. Adiós a las playas de arena blanca, a las palmeras, a las cabañas de madera en mitad de la nada, a las transparentes aguas repletas de coral.



Al entrar en el puerto nos invadió un sentimiento de tristeza. La travesía llegaba a su fín y tendríamos que despedirnos de Agús, el patrón, el niño Iksan y el alegre Pinongui, el señor del sombrero. Después de pasar juntos cinco días a bordo del Karimata les habíamos cogido algo de cariño. Nos hicimos la foto de familia y nos abrazamos con el corazón encogido. Quién sabe si nos volveríamos a ver.



Aquí terminaba nuestra gran aventura por Raja Ampat. Una historia que podremos contar a nuestros hijos y a nuestros nietos. La historia de cómo navegamos a bordo de un long-boat nada menos que 200 km hasta llegar a Pulau Wayag, uno de los últimos paraísos vírgenes de la Tierra situado en la remota Indonesia, un destino que no aparece en ninguna guía de viajes. Y contaremos todas las anécdotas que nos sucedieron, como escalar hasta las nubes para admirar increibles paisajes de karst, bucear en el corazón de la mayor biodiversidad marina del mundo, atravesar lugares de una naturaleza espectacular como la Bahía de Aljui o el pasaje de Pulau Gam, contemplar mágicos atardeceres con el mar totalmente en calma, conocer a las extraordinarias gentes de Papúa y otras experiencias que jamás olvidaremos, como bañarnos con tiburones, navegar a solas en la oscuridad de la noche con el plancton luminiscente salpicando nuestro barco, conseguir alojamiento en una factoría de perlas y dormir bajo un manto de estrellas en el hemisferio sur.



El viaje de nuestras vidas.

9 comentarios :

Mariela dijo...

La piel de gallina y escalofríos por la espalda,,,,, ¿Para cuando una nueva aventura?

Alberto dijo...

Pues para el año que viene, yo creo. Aún me quedan muchos lugares de Asia por visitar: Birmania, Tibet, Nepal, Laos. Espero encontrar las mismas dosis de aventura en esos lugares.

Pepa dijo...

Que emocionante :) Te felicito por el viaje y por las crónicas. A ver para el año que viene qué se te ocurre.

Pau dijo...

Es para soltar alguna lagrimita, debe dar pena despedirse de lugares como ese.

Un abrazo!

Felipe dijo...

Para ser sincero, debo admitir que me da pena que termine esta serie de relatos de vuestro viaje. Durante las últimas semanas me encantó ir leyendo las aventuras, disfrutando sobre todo con las fotos.

Espero que pronto vuelvas a hacer un viaje para irnoslo contando. Y mientras tanto, a postear sobre Vietnam otra vez este verano :)

Javier I. Sampedro dijo...

Estuvo bien el poder haber disfrutado de unos ultimos dias mas tranquilos al final de la aventura. Irrepetible. Podremos superarnos con otro viaje parecido para el 2013? quien sabe..

Genial haberlos tenido a ustedes de compis. Seguro que no es el ultimo viaje en el que nos juntemos :)

Anónimo dijo...

HOLA Q TAL ES LA PRIMERA VES Q VEO TU BLOG Y REALMENTE ERES UN AFORTUNADO Y ME PREGUNTARIA COMO LOGRASTE HACER TODOS ESTOS VIAJES TAN ALUCINANTES Q VAN DESDE JAPON HASTA INDONESIA

Osvaldo dijo...

Que super envidia nomás ver esas fotos, y más si es de un lugar como Nueva Guinea, al que dudo que vaya mucha gente.

EL TÍO CHIQUI dijo...

Seguro que nos servirá a muchos este relato tan completo del viaje...gracias por compartir! No dejes nunca de viajar my friend! :)