jueves, 14 de abril de 2011

Consecuencias del terremoto de Tohoku

El Instituto Nacional de Investigación para las Ciencias de la Tierra y la Prevención de Desastres (en inglés NIED, National Research Institute for Earth Science and Disaster Prevention) de Japón, con base en Tsukuba, ha hecho público hace unos días un informe preliminar sobre el terremoto de Tohoku de 2011.

El informe es bastante preocupante y no ha pasado inadvertido entre la comunidad de estudiantes y profesores de la Universidad de Tsukuba. El documento está en inglés, no es muy extenso así que paso a traducir las partes que más me han llamado la atención.

Básicamente, el informe explica lo que ha pasado después del terremoto de Tohoku y también lo que se espera que va a pasar.

Sobre el terremoto principal

El terremoto principal ocurrió el 11 de Marzo, 2011 (JST) a las 14:46h. El epicentro se localizó en el Océano Pacífico, a 130 km al este de Sendai, Honshu. Se registró una intensidad sísmica de grado 7 JMA (Japan Meteorological Agency) en Kurihara, prefectura de Miyagi, y de intensidad 6+ o 6- en la costa oriental de la isla de Honshu, en las prefecturas de Iwate, Miyagi, Fusushima e Ibaraki, también en la prefectura de Tochigi en el interior. En las prefecturas de Gunma, Saitama y Chiba se midieron temblores por debajo del grado 6 JMA, mientras que en Tokio se alcanzó el grado 5 JMA.


La magnitud del terremoto fue anunciada en principio como M7.9, luego fue revisada a M8.4 a las 16:00h, M8.8 a las 17:30h y finalmente se determinó que era de M9.0 el 13 de Marzo. Fue al seísmo de mayor intensidad registrado en Japón por delante del terremoto M7.3 de Kobe en 1995 y del terremoto M6.8 de Niigata en 2004.

El terremoto se produjo en la Fosa de Japón por acción de una placa oceánica (la placa del Pacífico) que subduce bajo una placa continental (la placa de Norteamérica).



Sobre la deformación de la corteza terrestre

El terremoto trajo consigo una deformación de la corteza terrestre al este de Japón.

Según los datos de la Autoridad de Información Geoespacial (GSI) de Japón, la zona del Pacífico se ha desplazado varios metros en dirección este-sureste. En la prefectura de Miyagi se han observado desplazamientos horizontales de hasta 5.3 m y se han observado también hundimientos de hasta 120 cm, a causa de la subducción de placas. Esto hace que en algunas zonas esté siendo complicado drenar al agua traído por el tsunami y que además sean más vulnerables al impacto de otro posible tsunami. En el caso de la ciudad de Tokio, ha sufrido un desplazamiento de 20 cm al este y un hundimiento de 5 cm.


Como se explica más adelante, esto que parece un mero dato curioso en realidad tiene consecuencias importantes ya que regiones que hasta ahora no tenían una actividad sísmica notable de repente han comenzado a registrar terremotos de magnitud M6.x que han resultado en grado 5+ JMA.

Sobre las réplicas

Tras el terremoto principal de M9.0 Japón ha venido experimentando réplicas con magnitud M5 o superior en los días sucesivos. Las réplicas se han concentrado en un área tetragonal de 500 km norte-sur y 200 km este-oeste comprendida entre la costa de la prefectura de Iwate y la de Ibaraki. El terremoto principal se produjo por el centro del área y se fue propagando en dirección norte y sur.


Aunque la mayoría de las réplicas se han generado en torno a la superficie de falla del terremoto principal (el área tetragonal) también se han producido terremotos en regiones más alejadas del foco. Se asume que estos eventos no son réplicas directas pero fueron inducidos por el terremoto principal. Estos terremotos tuvieron lugar en puntos de la superficie continental como en Nagano (M6.7) y en Akita (M6.4) el 12 de Marzo (en el anterior gráfico podéis ver puntos azules a la izquierda fuera del rectángulo). También en Shizuoka (M6.4) el 15 de Marzo. Asociado a este último se registró un fuerte temblor de grado 6+ JMA en Fujinomiya cuyo foco o hipocentro se localizó justo debajo del monte Fuji (al sur de Tokio) a una profundidad de 14 km. En un momento se especuló con la relación que podría tener este seísmo con el gran terremoto de Tokai que suele repetirse periódicamente cada 100-150 años en esta región y que la Agencia Meteorológica de Japón había predicho que podía ocurrir de forma inminente en la última decada.

Desde el terremoto del 11 de Marzo, Japón ha experimentado más de 900 réplicas, 64 de ellas han tenido una magnitud mayor de M6.0, entre estas una de M6.6 el 11 de Abril, y tres de ellas una magnitud superior a M7.0, respectivamente de M7.9 y M7.7 el 11 de Marzo y M7.1 el 7 de Abril.

La tendencia general es que tras el terremoto la intensidad de las réplicas se vaya debilitando y se prolongue gradualmente en el tiempo, aunque de vez en cuando ocurran réplicas de magnitud fuerte, como las del pasado 7 y 11 de Abril.

Sobre la predicción a largo plazo

Se ha realizado un estudio sobre la probabilidad de ocurrencia de terremotos (como eventos independientes, se entiende, no como réplicas) en la zona de subducción del Pacífico en la costa de Japón de aquí a 30 años y se han obtenido las siguientes estimaciones:

En el área de la prefectura de Miyagi hay un 99% de probabilidad de que ocurra un terremoto de M7.5-M8.0; en el área de Fukushima hay menos de un 7% de probabilidad de que ocurra un terremoto de M7.4; en el área de Ibaraki hay más de un 90% de probabilidad de que ocurra un terremoto de M6.7-M7.2.

En el área de la Fosa de Japón, donde se originó el terremoto del 11 de Marzo, hay sólo un 20% de probabilidad de que ocurra un terremoto de M8.2.

Sobre los posibles problemas desencadenados

Esta es la parte interesante del informe, puesto que intenta explicar lo que puede pasar a partir de ahora y por lo que debemos preocuparnos.

Debido a que el terremoto de Tohoku fue un evento de gran magnitud, se estima que ha podido acelerar o desencadenar ciertos fenómenos geofísicos en la región a causa de la deformación de la corteza terrestre.

1. Otros terremotos interplaca

Se sabe que un terremoto de gran magnitud a menudo induce terremotos en otras regiones vecinas situados en la porción extendida de la superficie de falla.

Algunos ejemplos son el terremoto M8.4 de Tokai en 1854 que fue seguido por el terremoto M8.4 de Nankai al oeste apenas 32 horas después; el terremoto M9.1 de Sumatra en 2004 que fue seguido por un terremoto M8.4 en la isla de Nías al este apenas 3 meses después; más recientemente en Nueva Zelanda el terremoto M7.3 de Canterbury que fue seguido por el terremoto M6.3 de Christchurch al este apenas 6 meses después.

En el caso presente tras el terremoto de Tohoku, las regiones susceptibles son aquellas situadas al norte y al sur del área tetragonal de 500 km, al norte en la costa de Sanriku (Iwate y Aomori) y al sur en la costa de Boso (Chiba y este de Tokio). La posibilidad de que se produzca un fuerte terremoto en estas regiones va desde el medio año a algunos años por delante.

2. Terremotos en superficie continental

Si el terremoto del 11 de Marzo, que se produjo en el mar cerca de la Fosa de Japón a 130 km de la costa, registró en algunos puntos de la prefectura de Miyagi el grado 7 JMA (la máxima puntuación de la escala JMA) y llegó a sentirse con fuerza a 373 km en Tokio, cuesta hacerse una idea de las consecuencias de haberse producido en tierra, bajo las ciudades.

Se ha observado que en días posteriores al terremoto de Tohoku han tenido lugar otros terremotos en la superficie continental (alejados de la Fosa de Japón) y se asume que estos han sido inducidos por el terremoto principal. Como he comentado antes, además de las réplicas generadas en torno a la superficie de falla del terremoto principal (el área tetragonal) pueden producirse y de hecho se han producido terremotos en regiones alejadas del foco, algunos en puntos del territorio. He mencionado los terremotos en Nagano (M6.7), Akita (M6.4) y Shizuoka (M6.4), y también cabe destacar un grupo de terremotos M6.x al borde de Fukushima e Ibaraki que hemos estado viviendo durante los últimos días. Esta región usualmente no ha tenido actividad sísmica notable, sin embargo están ocurriendo como consecuencia del desplazamiento de la corteza. Son pequeños en magnitud, pero al ocurrir muy cerca de donde vivo su intensidad se nota más fuerte y por ello no ha pasado un sólo día en el que no haya tenido ningún susto.

Como ejemplo de este desencadenamiento de terremotos en superficie continental por terremotos interplaca, el terremoto interplaca M8.2 de Meiji-Sanriku en 1896 (que produjo uno de los tsunamis más devastadores de la historia de Japón, dejando 22.000 muertos) trajo consigo un terremoto M7.2 al borde de Akita y Iwate apenas 2 meses después, añadiendo 209 muertos más.

3. Activación volcánica

Por naturaleza, las regiones volcánicas son estructuras mecánicamente débiles y se dice que son sensibles a la presión externa. Tras el terremoto de Tohoku se ha registrado una mayor actividad en los volcanes del centro de Japón, además del volcán Shinmoedake en Kyushu, que entró en erupción dos días después del terremoto.

La relación entre estos incrementos de actividad volcánica y el terremoto de Tohoku están todavía por demostrar, sin embargo se sabe que la erupción de Hoei, la última erupción del Monte Fuji en 1707, se produjo 49 días después del terremoto M8.4 de Hoei, el terremoto más grande en la historia de Japón hasta el terremoto de 2011.

Fin del informe.

Este informe ha llegado a mí por un profesor del departamento, que a su vez lo recibió de un colega suyo que trabaja en el NIED en Tsukuba, el instituto que lo ha publicado. Esta persona es un científico experto en geofísica y junto al informe adjuntó sus propias conclusiones, que paso a traducir:
Here is the preliminary aftermath in english (http://www.bosai.go.jp/e/international/Preliminary_report110328.pdf) what we know, what we expect. Nothing hidden. Some facts, historical, observed, some conclusions. Very important to read.
Aquí adjunto el informe preliminar en inglés. Contiene lo que sabemos, lo que esperamos. No ocultamos nada. Se aportan algunos hechos, históricos, observados y conclusiones. Su lectura es importante.
You should notice the red curve that shows the number of aftershocks on the subduction plane. It last only ten days. So now, after one month, we should be in or very close to a more stable level. You can actually feel it. The shakings are not so frequent anymore.
Deberíamos prestar atención a la línea que muestra el número de réplicas en la placa de subducción (se refiere a la fig. 8 del informe). Dura sólo 10 días. Así que ahora, un mes después, deberíamos estar muy cerca de un nivel más estable. De hecho podemos sentirlo. Los temblores han dejado de ser tan frecuentes.
However, the most concerning issue is not the number but the size of the earthquakes. You have to know that statistically, the more the time passes, the less are the chances to get a big aftershock. Yet, the chances to get large earthquakes on other faults than the one that broke on 11/03/2011 are getting higher, because these others fault zones (could be, again, subduction interface, or inland faults) may have been loaded badly by the 11/03/2011 quake. This is why many earthquakes occurred in Honshu since 11/03/2011, such as the sequence in north ibaraki-south fukushima, earthquakes below fuji, or close to nagano, etc.
No obstante, lo más preocupante no es el número sino el tamaño de los terremotos. Estadísticamente, cuando más tiempo pasa, las posibilidades de que se produzca una gran réplica disminuyen. Sin embargo, las posibilidades de que se produzcan fuertes terremotos en zonas distintas a donde se produjo el terremoto del 11 de Marzo aumentan, debido a que estas zonas (ya sean en la porción extendida de la superficie de falla, refiriéndose al punto 2, o en la superficie continental, refiriéndose al punto 3) pueden estar sobrecargadas tras el terremoto. Esta es la razón por la que varios terremotos han ocurrido en el interior de la isla de Honshu desde el 11 de Abril, como en el borde de Fukushima e Ibaraki, en la zona del monte Fuji, o cerca de Nagano.
I would add that most of the large earthquakes we felt since the day of the main shock were not direct aftershocks, but indirect ones... typically shallow inland earthquakes, and even the large shock of last week. So the risk of large aftershock on subduction (and tsunami) is definitely present. So large shocks are still to expect, from anywhere, with various consequences... it will take time to get quiet again...
Debo añadir que la mayoría de los terremotos que hemos sentido desde el día del terremoto principal no han sido réplicas directas, sino terremotos inducidos... típicamente terremotos en superficie continental, incluso los fuertes seísmos de la semana pasada. Así pues el riesgo de tener fuertes réplicas en la zona de subducción (la Fosa de Japón) y posterior tsunami definitivamente sigue presente. Se espera que ocurran fuertes seísmos, en cualquier parte, con consecuencias varias... llevará un tiempo tranquilizarse.

Este correo fue enviado ayer, 13 de Abril.

lunes, 11 de abril de 2011

Esa frágil normalidad

El viernes os decía que a pesar de lo que estamos viviendo por aquí estamos bien, pero según han seguido pasando los días he comprobado que en realidad no estamos tan bien. Llevo ya una semana de vuelta en Japón y no he conseguido pasar una sola noche sin despertarme por causa de los terremotos (o de las réplicas, ya me da igual). Esa sensación de estar durmiendo y despertarte de repente porque la casa está temblando es desagradable pero si encima ocurre noche tras noche la tensión se acumula y termina afectando psicológicamente.

Toda esa tensión desapareció sin embargo el domingo cuando quedé con mis amigos de Tokio para hacer hanami, esto es, ver el florecimiento de los cerezos (en japonés 桜, sakura) en el parque de Yoyogi.





El año pasado no pude celebrar la ocasión como se merecía porque me pilló recién llegado y con el ajetreo de los primeros días en Japón las flores terminaron de caerse de los cerezos antes de que quisiera darme cuenta. Pero este año no, ya había reservado el momento. El parque estaba precioso vestido de blanco y desde primera hora del día los tokiotas decidieron desobedecer las recomendaciones de su alcalde no faltando a su cita anual con la primavera.









Nosotros llegamos sobre las 11 de la mañana y los organizadores quisieron darle un toque gastronómico al encuentro trayendo jamón, pero no de ese que viene en sobres de plástico sino ¡una pata de jamón entera! Olé.



Entre todos nos turnamos para cortarlo y repartir entre los presentes, no faltaban el pan ni el tomate, ni tortillas de patata, albóndigas y demás platos de la tierra para acompañar. Fue un placer no parar de comer durante las 7 horas que pasamos allí.





Y durante todo el día no dejó de llegar gente, japoneses y extranjeros. Por la tarde el parque estaba casi lleno y la felicidad flotaba en el ambiente, hasta el punto de ser contagiosa. La gente reía, cantaba, brindaba y se emborrachaba, escuchaba música y bailaba, jugaba al badminton y a la pelota. Parecía como si el terremoto y el riesgo nuclear no hubieran recibido la invitación para asistir ese día al evento y todo el mundo se hubiera olvidado de ellos.







Fue un día perfecto. Creo que todos necesitábamos un día así para quitarnos la tensión acumulada con tanto terremoto y recuperar la normalidad que buscábamos últimamente hasta por los rincones. Y lo logramos...

Pero entonces he aprendido que la normalidad es algo muy frágil, algo que puedes haber tardado días en conseguir y que se te puede arrebatar en apenas unos segundos. Justamente hoy lunes por la tarde comenzaba las clases del Master y durante la sesión de orientación ha tenido lugar un terremoto de magnitud 6.6 en la prefectura de Fukushima (al norte de Ibaraki) que me ha pillado por sorpresa dentro de un aula y me ha hecho ser consciente de lo que nos espera durante un tiempo a los que vivimos en el norte de Japón.

Tras el susto mañana tocará levantarse y buscar de nuevo la normalidad, pero el fin de semana está cerca, a tan sólo cuatro días, y quién sabe si entonces podré ir al parque con los amigos y hacer hanami debajo de un árbol, y que nuestra única preocupación vuelva a ser que se acaben las cervezas. Quién sabe...

viernes, 8 de abril de 2011

Por aquí estamos bien

Llevo ya cinco días de vuelta en Japón y, la verdad, a pesar de que la situación es más complicada de lo que esperaba lo estoy llevando bastante bien. Llegué con cierta inquietud por todo lo que había leído en las noticias durante las vacaciones sobre la situación al Norte de Tokio (vivo en Tsukuba, a 60 km de Tokio, en la prefectura de Ibaraki) pero aquí todos mantienen la tranquilidad y la transmiten a los demás. Se intenta vivir con normalidad en la medida de lo posible a pesar de los desafortunados acontecimientos, que obviamente están teniendo lugar y no se pueden negar.

Por un lado, continúan las réplicas. Ayer tuvimos una bastante fuerte, de hecho la de mayor intensidad desde el terremoto del pasado 11 de marzo, y hoy hemos tenido otra por la mañana. Se suceden a diario, cuesta acostumbrarse. Lo de anoche fue un seísmo de magnitud 7.1 que se sintió con grado 6+ JMA en Miyagi y con grado 4 JMA en Ibaraki. Lo de las diferentes escalas de los terremotos ya lo expliqué aquí. Básicamente, tenemos la Escala Richter, que mide de 0 a 10 la energía liberada por un seísmo en su centro, y la Escala JMA (Japan Meteorological Agency), que mide de 0 a 7 el grado de agitación en un punto de la superficie terrestre y el efecto que deja sentir en ese punto. Este último grado depende por tanto de lo cerca del epicentro del terremoto que se mida. En este diagrama podéis veir la diferencia entre lo que sintieron anoche en Miyagi cerca del epicentro (grado 6+ JMA), lo que sentimos más lejos en Ibaraki (grado 4 JMA) y lo que sintieron en Tokio (grado 3 JMA).


Por suerte, la tecnología está de nuestra parte y hoy en día contamos con sofisticados sistemas de alerta temprana que te avisan por teléfono móvil hasta con 10 segundos de antelación al terremoto. Un ejemplo de ello es la aplicación ゆれくるコール” para iPhone que recibe la información de la JMA (Japan Meteorological Agency). Aquí van unas capturas de mi móvil...


Gracias a este sistema, anoche estábamos en casa de un amigo y de repente comenzaron a sonar los teléfonos móviles avisándonos de que se iba a producir un temblor de grado 6 localizado en la prefectura de Miyagi. Echando cuentas sobre a qué distancia está Miyagi supimos que en Tsukuba lo íbamos a notar con cierta intensidad así que nos preparamos para ello y cuando empezó el temblor ya estábamos desalojando la casa. No nos pilló desprevenidos.

El otro problema es el de la radiación de Fukushima. Por ahora parece que la situación se mantiene estable, aunque está lejos de estar bajo completo control y existen demasiados factores como para estar tranquilos. La planta está en equilibrio pero en cualquier momento podría fallar algo y producirse un escape importante (aparte de las fugas que se han detectado en las últimas semanas). No obstante, puedo consultar cada poco tiempo los niveles de radiación en Tsukuba, situada a 165 km de Fukushima, y por ahora muestran un descenso constante así que no me preocupo demasiado, aunque como digo tampoco estoy tranquilo y sigo pendiente de la evolución de la central nuclear.



En el caso en que se produjese un escape radiactivo y un aumento en los niveles tampoco es cuestión de entrar en pánico. La radiación no es algo que mata al primer contacto, sino que requiere exposición durante cierto tiempo para ser perjudicial. En tal caso creo que puedo contar con un margen de pocos días para escapar hacia el sur del país o a otro país antes de que la radiación empiece a afectarme, y por aquello de que es acumulativa por supuesto que me plantearía el regreso.

El único inconveniente al que sí me enfrento en estos momentos es que la radiación ha contaminado algunos productos agrícolas del norte de Ibaraki, como las verdudas y los productos de granja, pero se supone que están siendo controlados y retirados del mercado desde hace semanas. Los supermercados locales se abastecen mientras tanto con productos de otras regiones de Japón (por lo tanto, si no como verduras es porque no quiero y no porque no haya). El pasado 5 de Abril se detectó una fuga de sustancias radiactivas al mar en Fukushima y al mismo tiempo se llevó a cabo un vertido deliberado de agua radioactiva. Se teme que el pescado y el marisco de la costa este de Japón (incluyendo Ibaraki) se pueda ver afectado por la radiación. Es por ello que además de las verduras el gobierno de la prefectura ha pasado a controlar los productos del mar para evitar que lleguen productos contaminados a los supermercados.



¿Puedo fiarme por tanto de la comida que compro en el supermercado? Pienso que sí, ya que se supone que está siendo controlada.

A pesar de estos dos inconvenientes, las réplicas de terremoto y el riesgo de radiación, la vida en Tsukuba sigue y como cada año a principios de Abril comienza el curso en la Universidad.



Ayer asistí a la jornada de orientación para estudiantes de Master y por supuesto que la delicada situación que atraviesa Japón en estos momentos estaba en la agenda informativa. Se habló de los terremotos y de los niveles de radiación.





La mejor arma contra el pánico es proporcionar información realista y no dejarse llevar por las noticias que saltan en prensa. Los residentes extranjeros en Japón tenemos que ser conscientes de los riesgos y estar preparados para escapar en cualquier momento pero mientras no haya peligro hay que intentar llevar una vida normal. Yo estoy en Japón gracias a una beca del gobierno, mi labor de investigación y mi asistencia a las clases del Master es lo que me da de comer. No puedo pensar por tanto en hacer las maletas a la primera de cambio y regresar a España hasta que cese el riesgo, ya que por el momento el periodo de riesgo es indefinido y mientras tanto puede ocurrir algo o puede no ocurrir nada, hablamos de probabilidades. No me parece en absoluto responsable, y terminar renunciando a la beca por probabilidades me parecería un fracaso personal que no estoy dispuesto a asumir.

Así que como el resto de japoneses aquí me tienen, dispuesto a empezar el nuevo curso en Japón.



Comienzan las clases y los estudiantes preparan sus clubs y sus actividades como cualquier año.







La naturaleza también sigue su curso, pronto comenzará la época de los hanami, contemplar el florecimiento de los cerezos, un hecho social que se vive con intensidad en Japón. Mucha gente saldrá a la calle para sentarse con sus amigos a la sombra de los árboles en flor. Yo no voy a ser menos y para este fin de semana ya tengo planes con los colegas en Tokio.



Así que por aquí estamos bien.

lunes, 4 de abril de 2011

Retorno a Japón

Ya estoy de vuelta en Japón.



Después de pasar tres semanas viajando por el sudeste asiático he regresado hoy a Tsukuba. Mi viaje coincidió con las vacaciones de primavera de la universidad en Japón, que tienen lugar en el mes de Marzo. Como ya he reiterado, el inicio de mi viaje fue bastante oportuno ya que mi vuelo despegó de Japón apenas unas horas antes del terremoto y tsunami de Tōhoku y por tanto no me ví afectado. Lo que pasó después del terremoto ya lo sabéis todos. Muchos extranjeros residentes en Japón terminaron saliendo del país o se dirigieron hacia el sur de Tokio durante los días de máxima incertidumbre, así que fue una suerte que mi viaje me llevara fuera de Japón. De no haber sido así, habría tenido que terminar huyendo de todos modos ya que la prefectura de Ibaraki donde resido fue declarada zona de riesgo y se recomendó la evacuación de todos los residentes extranjeros. Algunos de los que escaparon están regresando estos días a Japón, cuando la situación en la central nuclear de Fukushima a pesar de no ser segura se considera estable y su evolución es lenta pero positiva.



En el aeropuerto de Narita he visto hoy muchas caras largas, parece que no todo el mundo está contento de regresar a Japón. Yo no pienso en ello demasiado, no me quedaba más remedio que regresar ya que la Universidad de Tsukuba levantó el 1 de Abril la restricción de acceso al campus para los estudiantes y se puede volver a investigar en el laboratorio. Así mismo, el comienzo de las clases está previsto para la semana que viene y unos días antes tengo que asistir a la orientación del Master.

Mis amigos de Tsukuba están casi todos de vuelta, han ido regresando de forma escalada dependiendo de hacia dónde escaparan (algunos volvieron con sus familias en Europa o América). Lo que sí ocurrió fue que el terremoto les pilló a todos en Japón y hoy al activar de nuevo mi tarjeta de teléfono japonesa en el aeropuerto me han llegado todo los mensajes almacenados mientras estaba de viaje. He podido seguir la línea de acontecimientos posteriores al terremoto en Tsukuba y comprobar que mis amigos vivieron momentos terribles.

Los primeros mensajes muestran como mis amigos se preocuparon por saber si están todos sanos y salvos, y rápidamente intentaron localizarse. Con el paso de las horas la situación se volvió más dramática por el corte en el suministro de luz y agua y algunos decidieron juntarse en la misma casa a ver las noticias.



Con el paso de los días la situación empeoró aún más por el riesgo de las centrales nucleares y muchos de ellos decidieron evacuar. Tarde o temprano todos terminaron haciéndolo, algo que me ha llamado la atención en contraste con Tokio, donde algunos amigos pudieron quedarse intentando hacer vida normal.



Durante esta semana espero quedar con mis amigos y si no es demasiado sensible para ellos intentaré que me cuenten como vivieron el terremoto. Mi compañero de piso aún está por regresar. Intentó quedarse en Tsukuba tras el terremoto ayudando como voluntario en el ayuntamiento pero el riesgo por la central de Fukushima puso a Ibaraki en máxima alerta y terminó huyendo. Su salida fue bastante precipitada, por lo que me he encontrado hoy al llegar a casa. Todo patas arriba y muchas cosas tiradas por el suelo, reservas de agua y noodles instantáneos para aguantar varios días, la luz desconectada, facturas sin pagar, cacharros sin fregar, basura sin sacar y etcétera. Mi habitación está casi igual que la dejé, tan sólo se cayeron unos pocos libros y una planta de bambú que tenía sobre la mesa.



Después de llegar a casa y deshacer el equipaje del viaje he ido al supermercado a comprar comida para cenar y desayunar. He visto que el supermercado de Tsukuba Center tiene casi de todo, aunque se nota que hay problemas con el abastecimiento de algunos productos y también con la posibilidad de que estén contaminados por radiación. No había problema alguno con la carne aunque con las verduras es seguro que faltan aquellas que provienen del norte de Ibaraki, ya que el gobierno de la prefectura está controlando el suministro de productos que se han visto afectados por la radiación de Fukushima.





Con algunos productos de granja como los huevos o la leche me he encontrado tan sólo de unas pocas marcas frente a las más de diez que suele haber habitualmente, aunque había en cantidades suficientes. La leche que había venía de Hokkaidō.





Por contra, las estanterías de agua embotellada sí que estaban completamente vacías. Hace unos días se dijo que el agua del grifo podría estar también contaminada por radiación, aunque a niveles no perjudiciales para la salud, y parece que los japoneses están haciendo acopio por lo que pueda pasar. Intentaré volver mañana porque es lo único que no he podido comprar.



Bueno, esta ha sido una pequeña crónica de mi retorno a Japón. Mañana vuelvo al laboratorio de la universidad para seguir con mi investigación e intentar llevar una vida normal. Ya veremos si es posible.