domingo, 20 de enero de 2013

El origen del sushi

De vez en cuando en este blog se nos va la pinza y nos gusta investigar sobre aspectos curiosos de la cultura asiática. En esta ocasión, profundizamos en la historia del sushi.

Qué es el sushi

El sushi, como muchos sabréis, es un plato típico de la gastronomía japonesa. Consiste en un bloque de arroz cocido aderezado con vinagre de arroz, azúcar, sal y otros ingredientes, generalmente pescados y mariscos. A menudo, el término sushi suele asociarse con el consumo de pescado crudo, aunque lo cierto es que los productos que acompañan al arroz no tienen que ir siempre crudos, sino que pueden ir hervidos, fritos o marinados. Por ejemplo, el pescado de mar suele emplearse crudo pero el pescado de río debe ser cocinado ya que puede contener parásitos. El sushi hace más bien referencia a la preparación del arroz que al acompañamiento, por tanto.



El componente fundamental del sushi es la base de arroz aliñada con vinagre de arroz. Partiendo de esto, según se disponga el acompañamiento se distinguen varias clases.

Una de ellas es el maki-zushi o sushi en rollo que se prepara colocando el arroz sobre una lámina de algas nori secas y rellenándolo con verduras o pescado. La lámina se enrolla utilizando una esterilla de bambú y se corta en porciones de unos dos centímetros de grosor.

Otra de las clases, quizás la más común, es el nigiri-zushi, que presenta los ingredientes sobre un montículo de arroz, cubriendo prácticamente toda su superficie. Los surtidos de nigiri-zushi más típicos suelen incluir maguro (atún), sake (salmón), ika (calamar), aji (caballa), ebi (gamba hervida), tamago (crema de huevo) y unagi (anguila endulzada asada a la parrilla).



En Japón encontramos distintos restaurantes dedicados al sushi. Los más tradicionales son los pequeños establecimientos en los que el cocinero de comida japonesa, el itamae, corta el pescado delante de ti.



Los más modernos son las cadenas de kaitenzushi, donde la comida se sirve a través de una cinta transportadora en la que el cocinero va colocando los pedidos y estos se distribuyen por todas las mesas. Una curiosa forma de servir la comida que llama mucho la atención de los turistas extranjeros.



Además de estos restaurantes, que generalmente sirven las variedades de sushi más reconocidas, en muchas regiones de Japón los acompañamientos y la forma de preparar el plato varían de acuerdo con los gustos locales.


Historia del sushi

El sushi tal y como lo conocemos en el presente data de no más de 200 años atrás. Antes de esa época, en Japón no se comía el pescado crudo, sino fermentado. Y la costumbre de comer pescado fermentado no se originó en Japón, sino que proviene nada más y nada menos que del sudeste asiático.

Esto puede parecer en cierta forma sorprendente. Por lo general, aceptamos que Japón tiene una historia y una idiosincrasia muy diferentes del resto de pueblos de Asia, y al tratarse de un archipiélago lo más normal sería pensar que un plato tan básico como el sushi tuviera su origen en la relación del pueblo japonés con el mar y el pescado. Sin embargo, no son pocos los elementos presentes en la cultura japonesa que provienen del sur y sudeste de Asia, considerada la cuna de la civilización asiática. Un ejemplo de ello son las pagodas, los edificios más antiguos y emblemáticos que encontramos en Japón, capaces incluso de resistir terremotos. Este tipo de construcciones no son originarias de Japón sino que provienen de las estupas levantadas por primera vez en la India, en el sur de Asia. De la India pasaron a Bangladesh y a Tailandia, luego a Indochina y China, de ahí a la península de Corea para dar el salto a Japón, de la mano de la religión budista. Los japoneses no hicieron otra cosa que tomar algo prestado, adaptarlo, perfeccionarlo y conservarlo hasta nuestros días. Podríamos decir que con el sushi ocurrió lo mismo.

El sushi tiene su origen en el sudeste asiático. Desde allí se extendió por el Este de Asia junto con los diferentes métodos para el cultivo del arroz, primero a China y luego a Japón.

Ya en épocas remotas, se sabe que los antiguos hombres idearon distintas formas de conservar los alimentos perecederos. Algunos métodos que se empleaban eran el ahumado (que consiste en someter los alimentos a humo de fuego realizado con madera) o el salazón (que consiste en salar los alimentos para ayudar a su deshidratación y la inhibición de ciertas bacterias).

En el caso del pescado, las poblaciones de la costa nunca necesitaron aplicar métodos de conservación ya que podían disponer de pescado fresco durante todo el año, pero las poblaciones del interior, especialmente las de regiones tropicales como el sudeste asiático donde el calor hace que los alimentos se descompongan rápidamente, se vieron obligadas a idear una forma de conservar el pescado recogido durante la temporada de lluvias, cuando había gran abundancia en los ríos, para tener algo que comer durante la temporada seca, cuando había escasez de peces.



Así fue como en algún momento de la historia las poblaciones que vivían a lo largo del río Mekong descubrieron un sistema que permitía conservar el pescado durante largos periodos. Durante la temporada de lluvias, el excendente de la pesca se salaba y se introducía envuelto en arroz cocido en ánforas que luego se sellaban. Con el paso del tiempo, la fermentación del arroz no sólamente permitía conservar el pescado, sino que además el ácido láctico y ácido acético (vinagre) generados durante el proceso proporcionaban un sabor especial a la carne. El olor resultaba desagradable, pero el sabor con toques ácidos era apto para el consumo humano. En la temporada seca, se abrían las ánforas, se tiraba el arroz y se sacaban las entrañas del pescado antes de ser consumido.

En Laos, esta forma de preparación se conoce como Padaek, en Camboya se conoce como Prahok, en Tailandia se conoce como Pla raa y en Vietnam se conoce como Mắm cá.



Este sistema de conservación se extendió desde el sudeste asiático al sur de China. Las poblaciones de las montañas, que pescaban los peces en los ríos, tenían por costumbre alimentarse de los peces adultos mientras que soltaban las crías pequeñas en las terrazas de arroz inundadas en la época de plantación para que estas se alimentaran de los nutrientes, y durante la época de recogida se volvían a pescar ya convertidas en adultas. Los peces que no se podían comer se conservaban siguiendo el mismo procedimiento. Primero se salaban, en ocasiones se aderezaban con pimienta en polvo, lo cual confería un sabor especial al pescado, se envolvían en arroz cocido y se metían en ánforas para su fermentación.



En China existen registros en estelas de piedra que datan del s. VIII a.C. en los que se menciona el pescado fermentado con sal, denominado Qi, y representado con el caracter 鮨, que asociaba únicamente la idea de pescado fermentado y no de arroz. Resulta curioso que el mismo caracter se siga utilizando hoy en día en algunos restaurantes de sushi en el mercado de Tsukiji, el más importante de Tokio, en lugar de la lectura ateji 寿司 empleada habitualmente por los japoneses. Esto nos da una idea de que el sushi japonés proviene del pescado fermentado con sal de China, ya que ambos se representan con el mismo ideograma.


El restaurante sushi-dai (寿司大), uno de los más populares de Tsukuji, emplea la notación ateji 寿司 en su cartel frontal, mientras que para el cartel lateral emplea una variación obsoleta del kanji 鮨.


El sushi en Japón

La técnica para elaborar pescado fermentado se introdujo en Japón en torno al siglo VIII y se propagó primero por las provincias cercanas al Mar de Japón, donde aún hoy en día encontramos evidencias.

La forma más primitiva de sushi que existe todavía en Japón se denomina nare-zushi (sushi madurado). Se elabora principalmente en las aldeas costeras de Wakasa, en la prefectura de Fukui, a partir de caballa. El orígen de esta tradición data de varios siglos atrás y el procedimiento que se ha utilizado desde entonces es el mismo que se utilizaba en China y el sudeste asiático, con ligeras diferencias. Primero se corta y se limpia la caballa, se sala y se deposita en capas en el interior de un barril. Después de prensarlo durante tres o cinco días, se saca el pescado y se envuelve en arroz, para luego volver a depositarlo en el mismo barril. Se cierra el barril con una roca pesada y se deja fermentar durante los días de verano. Al cabo de seis meses, el pescado está listo para ser consumido, generalmente entre los meses de diciembre y abril.

Otro antecesor del sushi es el funazushi, una especie de nare-zushi que se lleva preparando en una aldea de la prefectura de Shiga desde 1619. El funazushi se elabora a partir de nigoro-buna, una variedad de carpa que habita en el Lago Biwa. En este caso, el pescado se almacena intacto en salazón durante un año. Después se envuelve en arroz y se deja reposar hasta cuatro años. El resultado es un pescado fermentado que se sirve en finas tiras o se utiliza como ingrediente para otros platos.

En el caso del nare-zushi y el funazushi, al haber conservado la técnica original el arroz utilizado durante el proceso de fermentación termina desperdiciado. En otros casos, el proceso evolucionó cuando los japoneses se dieron cuenta de que el arroz fermentado era igualmente comestible a pesar del fuerte olor a pescado y empezaron a consumir juntos el pescado y el arroz, tal y como se hace hoy en día con el sushi.

Mientras en Japón la forma de conservar el pescado fermentado evolucionaba, en China esta práctica desaparecía con la expansión del Imperio Mongol (1206–1368), que impuso sus costumbres alimentarias más carnívoras.

Con el paso del tiempo, los japoneses fueron reduciendo el periodo de fermentación del pescado de seis meses a pocos meses, luego semanas y por último días. Una de las razones para acelerar el proceso de fermentación era evitar el desagradable olor que despedía el nare-zushi, y esto fue posible gracias al descubrimiento del vinagre de arroz. Durante el periodo Muromachi (1337-1573) se popularizó una nueva forma de sushi denominada namanare (que quiere decir medio crudo) y que consistía en pescado de baja fermentación envuelto en arroz recién cocinado mezclado con vinagre de arroz. El vinagre confería el mismo sabor que el proceso de fermentación pero con un olor menos fuerte y la comida requería un tiempo menor de preparación.

Por aquel entonces, el pescado fermentado había dejado de ser un medio de preservar los alimentos y se había convertido en un nuevo plato de la cocina japonesa.


El Iwakuni-zushi, una especialidad local de sushi de Iwakuni data de aquella época y ha llegado hasta nuestros días. De acuerdo con la leyenda, el señor Hiroie Kikkawa, líder del clan y fundador de la ciudad en 1601 inventó esta forma de sushi para que pudiera ser transportado de forma fácil en tiempos de guerra. Se prepara con ayuda de un molde de madera cuadrado en el que se colocan el arroz al vinagre y los distintos ingredientes (caballa, gambas, setas shiitake y huevo) en sucesivas capas antes de prensar la mezcla. Posteriormente se corta en cuadrados.

El vinagre de arroz fue trascendental a la hora de reducir el tiempo de fermentación y transformar el sushi en un plato casi instantáneo. A comienzos del s. XVIII, durante el periodo Edo, el sushi evolucionó en haya-zushi (sushi rápido). El pescado pasaba por un tiempo muy pequeño de fermentación y se prensaba con arroz mezclado con vinagre de arroz. Este tipo de sushi se hizo muy popular en la ciudad de Osaka, donde de hecho es posible encontrarlo hoy en día. La técnica se perfeccionó y a mediados de siglo llegó a Tokio, entonces conocida como Edo. Allí comenzó a venderse en puestos callejeros colocados junto a la bahía.

Fue a comienzos del s. XIX cuando el cocinero Hanaya Yohei creó un nuevo estilo denominado nigiri-zushi (sushi formado con las manos). Esta preparación rápida del sushi es la que ha llegado hasta nuestros días. Consistía en un bloque alargado de arroz avinagrado con una rodaja de pescado crudo encima, cuyo tamaño era el doble que el actual. La novedad del nigiri-zushi es que el pescado no estaba fermentado, sino que simplemente se marinaba con salsa de soja o se cocinaba antes de ser colocado sobre el arroz. Esto era necesario porque todavía no había sistemas de refrigeración y el pescado crudo perdía su frescura rápidamente, la salsa de soja frenaba el proceso de descomposición.



Esta nueva forma de sushi se convirtió en un rotundo éxito, ya que el plato podía comerse con los dedos o con palillos y el tiempo de preparación era tan corto que podía considerarse un tipo de comida rápida, muy apropiado para el agitado ritmo de vida de los habitantes tokiotas. Su fama corrió como la pólvora y a mediados del s. XIX ya existían en la ciudad dos restaurantes de sushi por cada restaurante de soba. El terremoto de Kanto de 1923 obligó a muchos cocineros de nigiri-zushi a evacuar Tokio y a dispersarse por todo el territorio, difundiendo su popularidad por el resto de regiones de Japón hasta convertirse en un plato distintivo de la cocina japonesa.

Con la aparición de los sistemas de refrigeración el pescado crudo podía permanecer fresco durante más tiempo y llegar así a más consumidores. Ya no hacía falta marinar el pescado, sino que podía ser untado en salsa de soja justo antes de ser ingerido. El sushi se dio a conocer al resto del mundo a lo largo del s. XX con la inmigración de los japoneses a otros países, comenzando por la zona de California en EEUU.



Y esta es la historia de como el sushi se originó en el sudeste asiático como un medio de preservar el pescado durante la temporada de escasez y con el tiempo pasó a China y de ahí a las poblaciones de Japón situadas cerca del Mar de Japón. Su estilo de preparación evolucióno para convertirse en una delicia culinaria de Osaka y llegó por último a Tokio, donde se desarrolló la forma de sushi que conocemos hoy en día.

Pensadlo bien la próxima vez que comáis un trozo de sushi. No se trata tan sólo de comida japonesa, sino que simboliza muy bien la historia de Asia: arroz y pescado.

Si os interesa conocer más sobre el mundo del sushi, os recomiendo el documental "Super Fish" de la KBS (Korean Broadcasting System) en el que me he basado para escribir este artículo. Trata sobre la importancia del pescado en la historia de la humanidad y tiene una excelente producción. Se compone de seis episodios, uno de ellos, "Sushi Odyssey", dedicado a la historia del sushi. Explica desde sus orígenes en las orillas del río Mekong hasta los restaurantes más exclusivos de Tokio que sirven piezas por precios astronómicos. Aquí tenéis un fragmento del documental en el que se muestra cómo grabaron a los habitantes de la montañas del sur de China recogiendo los peces criados en las terrazas de arroz después de la cosecha. Posteriormente, estos pescados se almacenan para su fermentación.



Por último, si os gustan este tipo de entradas que tratan sobre la historia y la cultura de Asia, os recomiendo leer "Ojos en la proa, una antigua superstición", un artículo que escribí para el blog en el que intentaba desentrañar el misterio de por qué las embarcaciones de Vietnam llevan pintados un par de ojos en la proa a partir de una tradición nacida en el Antiguo Egipto.

martes, 8 de enero de 2013

Retos viajeros

En vísperas de cumplir cuatro años viviendo en Asia (uno en Vietnam y tres en Japón), y de cara a las próximas vacaciones de primavera, me he puesto a revisar a dónde he viajado hasta el momento y a dónde me falta por viajar.



Resulta que he puesto ya el pie en bastantes países del este y sudeste asiático, pero todavía me quedan unos cuantos más, y para llegar a poner la marca en algunos la cosa pinta complicada ya que no es sólo cuestión de recorrer la distancia. Aquí va la lista de países y un mapa. En amarillo aparecen los países que ya he visitado, en rojo los que aún no, y en negro las demás regiones del continente asiático (que quién sabe si llegaré a recorrer algún día).

Asia del Este

Japón
Corea del Norte
Corea del Sur
Mongolia
China
Taiwan

Sudeste de Asia

Vietnam
Laos
Camboya
Birmania
Tailandia
Malasia
Brunéi
Singapur
Filipinas
Indonesia
Timor Oriental

Repasando esta lista de países me ha venido a la memoria esta otra lista de retos viajeros que me propuse a comienzos del año 2008, cuando acababa justo de desembarcar en Vietnam y con gran ilusión me disponía a recorrer los diferentes países de alrededor haciendo las cosas más típicas de cada lugar. Al final del año el resultado fue bastante bueno, ya que terminé cumpliendo 7 de una lista de 10 retos. En cuanto a los otros 3 restantes, a día de hoy todavía me quedan por cumplir 2, pero no me doy por vencido.

El caso es que esa lista de propósitos que escribí entonces me ha inspirado para preparar una nueva lista de retos viajeros con lo que he visto y lo que me queda por ver. Más que nada para planificar mis escapadas de ahora en adelante.

El Lejano Oriente es un mundo exótico repleto de maravillas que contemplar antes de morir. Durante estos cuatro años he intentado viajar al máximo con la intención de descubrir lugares interesantes y conocer culturas diferentes; pero parece que cuando más viaja uno, más se da cuenta de lo mucho que le queda por ver de este planeta vasto e infinito. Y así continuamos viajando y viajando hasta que el placer se convierte en adicción. Para seguir con ese ritmo, necesitamos encontrar nuevos destinos en los que vivir nuevas emociones.

Como de costumbre, cuando uno se propone visitar un destino, empieza buscando y aprendiendo lo que tiene de especial, lo que le caracteriza y le hace único. Averiguar por qué merece la pena subirse a un avión y volar horas y horas para llegar hasta allí. A la hora de confeccionar mi lista de destinos perfectamente me podría haber basado en cualquier guía de viajes, pero a fin de cuentas los argumentos suelen ser siempre algo subjetivos, a juicio del autor. Por esta razón he preferido buscar una referencia más universal y he acudido al índice de Lugares Patrimonio de la Humanidad. El objetivo de este programa de la UNESCO no es otro que catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad, así pues ¿qué hay más importante que visitar estos lugares precisamente?


Hasta hace poco pensaba que únicamente podían obtener el título aquellos monumentos de extraordinario valor histórico y cultural, pero en realidad existen seis criterios para que un sitio pueda ser nombrado Patrimonio de la Humanidad dentro de este ámbito:
  1. Representar una obra maestra del genio creativo humano.
  2. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico.
  3. Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida.
  4. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana.
  5. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura, o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.
  6. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas, o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal.
Al final, para mi lista he escogido un número de bienes de interés cultural de diferentes países del este y sudeste asiático y los he organizado en categorías. Luego, para cada uno de los sitios he marcado una cruz si lo he visitado ya, y en tal caso he colocado el enlace al post correspondiente. Sino, es que lo tengo pendiente.


Palacios imperiales



Changdeokgung, Palacio del Este de la dinastía Joseon (s. XV al XIX) en Seúl Corea del SurVer post
Ciudad Prohibida, Palacio Imperial de las dinastías Ming y Qing (s. XV al XX) en Pekín ChinaVer post
Palacio Potala en Lhasa, Tibet, residencia de los Dalái Lama desde el s. XVII China
Ciudad Imperial de Thang Long en Hanói, dinastías Lý, Trần, Lê y Nguyễn (s. IX al XIX) Vietnam
Ciudad Imperial de Hué, utilizada por la dinastía Nguyễn (s. XIX y XX) VietnamVer post


Mausoleos y tumbas reales



Tōshōgū, Mausoleo de Tokugawa Ieyasu, en Nikkō JapónVer post
Santuario Jongmyo de la dinastía Joseon, en Seúl Corea del SurVer post
Mausoleo de Qin Shi Huang con los Guerreros de terracota, en Xian China
Tumbas de la dinastía Ming, cerca de Pekín China
Tumbas de la dinastía Nguyễn, en Hué VietnamVer post


Capitales de civilizaciones antiguas desaparecidas



Angkor, capital del Imperio Jemer (s. IX al XV) CamboyaVer post
Sukhothai, capital del primer Reino de Siam (s. XIII al XV) Tailandia
Ayutthaya, capital del segundo Reino de Siam (s. XIV al XVIII) Tailandia
Ruinas del Reino de Champa (s. IV al XII) Vietnam
Bagan, capital del Reino de Pagan (s. IX al XIII) Birmania
Castillos Gusuku del Reino de Ryukyu (s. XIV al XIX), en Okinawa JapónVer post
Gyeongju, capital del Reino de Silla (s. I al X) Corea del Sur


Ciudades históricas



Ciudad vieja de Pingyao, que mantiene la arquitectura de la época imperial China
Centro histórico de Macao, primer puesto comercial europeo en China ChinaVer post
Ciudad antigua de Hoi An, importante puerto comercial entre los s. XVI y XVII VietnamVer post
Ciudad de Luang Prabang, fusión de arquitectura típica laosiana y colonial francesa Laos
Ciudad histórica de Malaca, intercambio comercial y cultural entre Oriente y Occidente Malasia
Ciudad histórica de Vigan, asentamiento colonial español fundado en el s. XVI Filipinas
Aldea histórica de Shirakawa-go de estilo arquitectónico tradicional japonés Japón


Obra maestras del genio creativo humano



Castillo de Himeji, expresión arquitectónica de castillo medieval japonés del s. XVII Japón
La Gran Muralla, fortificación militar más gigantesca de todos los tiempos ChinaVer post
Palacio de Verano en Pekín, ejemplo representativo del arte paisajístico chino ChinaVer post
Paisaje cultural del Lago del Oeste en Hangzhou, motivo de inspiración para artistas ChinaVer post
Terrazas de arroz de las cordilleras de Luzón, construidas hace 2000 años Filipinas


Monumentos de arquitectura religiosa



Borobudur, templo budista más grande del mundo construido entre los s. VIII y IX IndonesiaVer post
Prambanan, conjunto del s. X dedicado a los tres dioses de la mitología hindú IndonesiaVer post
Angkor Wat, considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida CamboyaVer post
My Son, vestigios de la civilización Champa vinculada al hinduismo Vietnam
Gran Buda de Leshan, estatua esculpida en piedra de Buda más alta del mundo China
Templo del Cielo en Pekín, altar imperial utilizado para orar y dar gracias al cielo ChinaVer post
Monumentos históricos de Nara, centro de estudio y difusión del budismo en Japón JapónVer post
Hōryū-ji en Nara, una de las edificaciones de madera más antiguas, data del s. VII Japón
Monumentos históricos de Kioto, ejemplo de desarrollo de arquitectura religiosa JapónVer post
Yoshino-Omine, Kumano Sanzan y Koyasan, sitios sagrados del sintoísmo Japón
Santuario sintoísta de Itsukushima en Miyajima, una isla considerada lugar santo JapónVer post


Monumentos naturales



Por último, el título de Patrimonio de la Humanidad puede ser conferido no sólo a sitios de interés cultural sino también a lugares de especial relevancia natural. Para ser incluido en la categoría de bien natural, el lugar debe satisfacer al menos uno de los siguientes criterios de selección:
  1. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética.
  2. Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas significativas.
  3. Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos en el curso de la evolución de los ecosistemas.
  4. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas.
En Asia encontramos un buen número de bienes naturales nombrados Patrimonio de la Humanidad , y otros tantos han sido propuestos por sus respectivos países. No en vano 4 de las 7 maravillas naturales del mundo están en el continente asiático.

En la siguiente lista incluyo 10 lugares de una excepcional naturaleza que he visitado o tengo pendiente visitar.

Isla volcánica de Jeju de gran belleza natural e importancia geológica Corea del Sur
Monte Fuji, cono volcánico tradicionalmente recurrente en el arte japonés JapónVer post
Yakushima, una isla casi virgen cubierta en gran parte de bosques primarios Japón
Río Li a su paso por Guilin y Yangshuo, atractivo paisaje montañoso de origen kárstico ChinaVer post
Wulingyuan, región de interés panorámico por sus pilares pétreos de cuarcita y arenisca China
Bahía de Ha Long, espectacular paisaje marítimo de islas calcáreas VietnamVer post
Parque de Kinabalu en la isla de Borneo, contiene gran variedad de hábitats Malasia
Colinas de Chocolate en Bohol, forman inusuales formaciones geológicas Filipinas
El Nido, ecosistema de bosques tropicales, playas de arena, arrecifes de coral y acantilados FilipinasVer post
Archipiélago de Raja Ampat, refugio de la mayor diversidad marina en la Tierra IndonesiaVer post


Balance de retos conseguidos


Por muy descabellado que pueda parecer, mi objetivo es visitar todos los sitios que he mencionado. Eso sí, no me pongo límite de tiempo, tengo toda la vida para conseguirlo. Por el momento el balance de retos conseguidos es

25/50

Conforme vaya cumpliendo los retos marcados en la lista, iré actualizando esta entrada. Sin ir más lejos, este año 2013 espero visitar al menos 5 sitios, pero aún no adelantaré cuáles.

Estoy seguro de que los lectores más viajeros de este blog no habéis podido resistir la tentación de contar el número de retos que habéis conseguido vosotros. Si es así, os invito a compartir impresiones en los comentarios. Yo, por mi parte, después de cuatro años no esperaba que me faltasen por ver tantos lugares interesantes. Pero eso me anima a seguir viajando y a seguir escribiendo en el blog.

Asimismo, si habéis visitado algún sitio cultural o natural de Extremo Oriente que haya sido nominado a Patrimonio de la Humanidad y que penséis que deba formar parte de esta lista de retos viajeros, podéis añadirlo en los comentarios y lo discutimos.