martes, 29 de marzo de 2011

Sobrevivir al aburrimiento en Singapur: Bukit Timah

Singapur es una pequeña isla en el extremo sur de la Península de Malasia. Está considerada una ciudad-estado. Con apenas 707 km² es el país más pequeño del Sudeste de Asia y el segundo país con más densidad de población en el mundo.



La ciudad es bonita, moderna y práctica para vivir, sin embargo para algunas personas residir en una ciudad que ocupa la totalidad del territorio nacional supone un agobio y un problema, ya que escapar de la ciudad implica salir del país y cruzar sus fronteras. Estas limitan con Malasia al norte e Indonesia al sur con sendos estrechos de por medio.

Está claro que uno no puede andar cruzando las fronteras cada fin de semana como el madrileño que va a la sierra a tomar el fresco, y al mismo tiempo tampoco puede quedarse permanentemente en esa jungla de asfalto 24/7 sin acabar volviéndose loco. Algo tiene que tener Singapur para que sus habitantes no terminen perdiendo la razón y puedan desconectar llegado el fin de semana. Con ayuda de mis amigos Mike y Dani, residentes en Singapur, me propuse descubrirlo durante mi estancia en Marzo.

Sobrevivir al aburrimiento en Singapur: Bukit Timah



Bukit Timah es una colina situada en el centro de la isla principal de Singapur. Aquí se encuentra la Reserva Natural de Bukit Timah, un área de extraordinario valor natural por su extensión de bosque primario, una variedad de bosque cada vez más escasa en el mundo. Para que os hagáis una idea, en España no quedan ya bosques primarios. Las grandes reservas se encuentran únicamente en la Amazonia de Brasil, en el Congo, en Siberia, en la Patagonia y en Indonesia, pero todas ellas están en seria amenaza por la deforestación.



Se considera bosque primario aquel bosque que ha permanecido intacto a lo largo de la historia, es decir, que nunca ha sido explotado ni influenciado por el hombre. También se denomina bosque virgen. No todos los bosques antiguos son bosques primarios, aquellos que fueron regenerados hace mucho tiempo sobre un bosque destruido o explotado por el hombre se denominan bosques secundarios. Se piensa que la regeneración completa de un bosque secundario puede llevar hasta 800 años. A pesar de la regeneración, estos no llegarán nunca a tener el mismo grado de biodiversidad que los bosques primarios, o sea de riqueza de especies. De ahí su incalculable valor.



El conjunto de reservas naturales de Singapur contiene 252 hectáreas de selva primaria y 1560 hectáreas de selva secundaria. La mayor parte del bosque primario está localizado en Bukit Timah y en MacRitchie Reservoir. Caminar por el interior de estas maravillas es una oportunidad excepcional de entrar en contacto con la madre naturaleza, pero hacerlo además sin el engorro de tener viajar hasta el corazón de la Amazonia o del Congo sino en una de la ciudades más modernas del mundo lo convierte en una oportunidad única que ningún visitante debería dejar pasar.



Para llegar hasta la Reserva Natura del Bukit Timah se puede coger cualquier autobús urbano que circule hasta Upper Bukit Timah Rd. Se tardan unos 45 minutos desde el centro urbano de Singapur. Una vez bajados del autobús, hay que caminar un poco hasta la entrada de la reserva, donde hay un centro de información. El acceso a la reserva es gratuito.



El centro de información es a la vez un museo natural, con guías y explicaciones detalladas sobre los tipos de bosques selváticos y el tipo de vegetación que podemos encontrarnos. Destacaría la sección del museo dedicada a las técnicas de reproducción natural que han desarrollado los árboles de las selvas ecuatoriales, cuyas semillas son capaces de propagarse con el viento decenas de metros gracias a la estructura de sus hojas. La naturaleza es muy sabia.



A la entrada de la reserva ya nos topamos con los primeros elementos característicos de la fauna selvática: los monos.



Los monos, siempre graciosos a la par que agresivos, son los reyes del lugar. Una de las normas más estrictas de la reserva natural es que está prohibido dar de comer a los monos y se recomienda no enseñar bolsas con alimentos en frente suyo. Lo único que se consigue con ello es alterar su comportamiento y que se acostumbren a depender de los humanos a la hora de conseguir alimentos, en lugar de hacerlo por si mismos. Esta y otras normas relativas a la interacción con la flora y la fauna de la reserva natural están fuertemente penalizadas y ya sabemos que Singapur no es un estado que se ande con tonterías en cuestiones legales.



Desde el centro de información parten las diferentes rutas de senderismo por el interior de la reserva. Los caminos están bien señalizados y cada cierto número de metros encontraremos mapas de localización. Es complicado perderse, pero aunque así fuera no debe cundir el pánico, seguimos estando dentro de una ciudad.



La mayoría de las rutas terminan en la cima de la colina de Bukit Timah. Se distinguen por colores dependiendo del grado de dificultad, determinado por la longitud del trayecto, los ángulos de las subidas y bajadas y la calidad del sendero: artificial o natural. Además de rutas de senderismo existen también rutas para bicicletas, aunque no existe la posibilidad de alquilar una in situ.



La ruta más sencilla y accesible transcurre por una carretera asfaltada bien amplia y de escasa pendiente. Se tarda en llegar hasta la cima una media hora. Por el camino puedes cruzarte con algún anciano chino que camina marcha atrás, una costumbre que he visto en otros países de Asia y nunca he llegado a comprender del todo.



Al cabo de unos metros tras la salida, las rutas comienzan a dividirse y es decisión del excursionista tomar un camino u otro. Yo tenía todo el día por delante así que procuré tomar las rutas más largas, a la ida y a la vuelta



Según nos adentramos en la reserva por las rutas más difíciles el camino se torna más estrecho y abrupto, con algunos tramos empinados que te hacen sudar la gota gorda. Las condiciones de calor y humedad son extremas así que hay que ir bien hidratado. No hay máquinas expendedoras ni fuentes de agua más allá del centro de información.



Por el camino vamos viendo las diferentes variedades de árboles de una selva ecuatorial. Algunos son de una apariencia majestuosa y han adquirido formas caprichosas con el paso del tiempo.





En general, la vegetación a los lados del camino es exuberante. Una de las características de los bosques primarios es que son prácticamente impenetrables por la densidad de árboles y plantas. Las raíces sobresalen del suelo, las lianas caen desde el cielo y las ramas de los árboles se entremezclan entre sí cerrando cualquier acceso. Como si el bosque intentara protegerse.



Aunque hoy en día cueste imaginar, en el pasado esta selva se encontraba infestada de tigres. Unas cuantas décadas atrás no hubiéramos sobrevivido ni 10 minutos caminando por allí. Se cuenta que los primeros colonos británicos escuchaban horrorizados sus temibles rugidos durante el crepúsculo y en lo posible evitaban adentrarse en el interior de la isla. Con el tiempo, la afición a la caza terminó mermando la población de tigres hasta su extinción. En la actualidad, el tipo de fauna que nos encontramos en esta selva es menos peligrosa...



La cima de Bukit Timah está a 30 y 60 minutos de alcance dependiendo de la ruta seleccionada.



La colina representa el punto más elevado de Singapur, con 163 metros de altura. El primer hombre que llegó hasta aquí lo hizo en 1827 tras 5 horas de abrirse paso por la selva.



Junto a esta gran piedra con una inscripción hay una caseta para descanso de los excursionistas.



El camino de regreso lo hice por la otra ruta más larga, en su mayor parte sendero natural, a la caza (con los ojos) de alguna mariposa o alguna planta curiosa.



Sin nada más que selva a tu alrededor, en ese momento te sientes como un explorador alejado del mundo urbano, algo cada día más complicado en estos tiempos que corren. Es un buen lugar para meditar.



Como podéis ver, Singapur posee una interesante oferta de naturaleza a disposición de sus habitantes. No hace falta irse demasiado lejos para desconectar del bullicio de la gran ciudad y pasar unas horas rodeado de selva virgen.

Si queréis obtener más información sobre la Reserva Natural de Bukit Timah u otras reservas o parques naturales de Singapur para vuestro próximo viaje os recomiendo visitar esta página.

3 comentarios :

Pepa dijo...

Qué maravilla! parece increíble que pueda haber algo así en una ciudad tan moderna y tan densamente poblada.

Sobre los chinos que caminan hacia atrás, si lo hacen cuesta arriba puede que sea simplemente por evitar encorvar la espalda: una herniada como yo te puede decir que evita muchos dolores :D

Xavi_kun dijo...

Como me mola encontrarme sitios así cerca de grandes metrópolis!!
Si es que no se puede estar siempre entre rascacielos, neones, etc...

Me lo apunto para cuando vaya

Pau dijo...

Vaya con Singapur, no me esperaba esto para nada. Parece que tiene más sorpresas de las que la gente se piensa... con Hong Kong me pasó lo mismo.