martes, 31 de agosto de 2010

Alrededores de Yangshuo

Nuestra última jornada en el sur de China transcurrió en Yangshuo. Habíamos llegado el día anterior desde Guilin y planeamos dedicar un día a explorar los alredores de esta pequeña localidad antes de proseguir el viaje por otras regiones de China.



Al comenzar el día alquilamos una bicis y escogimos una ruta que nos llevaba por los principales puntos de interés al sur de Yangshuo.



El primer punto de interés que visitamos fue el Big Banyan Tree, a la orilla del río Jinbao. Se dice que este árbol baniano fue plantado hace más de 800 años, un ejemplar muy antiguo. Aunque no lo parezca, esto que véis es un único árbol.



Los árboles banianos se caracterizan porque de sus ramas salen raicillas que crecen hacia abajo y una vez llegan al suelo echan raíces y se convierten en troncos leñosos que sustentan la rama, lo que permite al árbol baniano expandirse en superficie. El espécimen de Yangshuo tiene un tamaño considerable, alcanza los 17 metros de altura y su tronco tiene 7 metros de diámetro.



El árbol es famoso porque ha aparecido como escenario de fondo en algunas películas chinas y está asociado con historias de amor romántico. Así que con la excusa del árbol, los chinos han aprovechado para crear un parque y denominar el entorno como Scenic Area y así cobrar entrada a los visitantes.



Lo que han hecho es terminar convirtiéndolo en una atracción de feria, ver el árbol al final es lo de menos. Los turistas chinos disfrutan más alquilando una balsa de bambú en el lago y jugando a las batallas marinas. Después de ver aquello me dio la sensación de que los occidentales tenemos poco tiempo para ver todo lo interesante de China antes de que el incipiente turismo chino empiece a transformalo todo al gusto de los locales.



El siguiente punto de interés que visitamos fue el Pico de la Luna (Moon Hill), una colina de caliza con un agujero en medio en forma de luna. Como no podía ser de otra forma, han cerrado la base de la montaña y han creado una Scenic Area por cuyo acceso cobran entrada. Resulta un tanto absurdo, ya que como mejor se aprecia el Pico de la Luna es desde la lejanía.



Cuesta creer que el agujero se haya formado por capricho de la naturaleza, ¿alguna vez habéis visto un agujero en una montaña? Es algo muy curioso.



Después de ver esos dos puntos turísticos, nos apartamos de la carretera y comenzamos nuestra ruta en bicicleta por caminos. La ruta nos condujo junto a la orilla del río Yulong, un afluente del río Li.



El río Yulong es navegado a diario por cientos de turistas en balsas de bambú, al igual que el río Li. El fondo de paisaje kárstico es igual de bello pero la experiencia es bien distinta pues las balsas se impulsan con la corriente del río y se disfruta de algo más de silencio. Si se tiene tiempo, recomendaría hacer una travesía por el río Li y otra por el río Yulong.



Se puede alquilar una balsa para dos personas por pocos yuanes en un punto y terminar en la desembocadura del río Yulong y el río Jinbao.



Tiene buena pinta pero lo único que no me gustó es esa extravagante sombrilla de colores que han plantado en la balsa para proteger a los turistas del sol, rompe totalmente la armonía estética del entorno, aunque eso a los chinos les da igual.



A lo largo del río hay algunos saltos de agua que hacen la experiencia más intensa. Los chinos que son muy listos rápidamente intentaron sacarle el máximo partido al negocio y no dudaron en aprovechar estos saltos de agua para sacar fotos a los turistas (al estilo de los parques de atracciones).



Después de remontar el río Yulong y pasar por el embarcadero de balsas continuamos nuestro camino hasta perdernos entre arrozales y montañas, ahí empezamos de verdad a disfrutar de la experiencia de ir en bici por aquellos parajes. Si alguno del grupo descubría algo interesante por algún camino, lo seguíamos para ver hasta donde nos llevaba. Estuvimos como una hora pedaleando siguiendo únicamente nuestra intuición, ya que el camino no estaba marcado.



Aquí una foto del grupo: Javi, mis amigos de España Miguel, Nuño e Inés y un servidor.



Llegados a este punto donde tomamos la foto, nos dimos cuenta de que el tiempo había pasado volando y teníamos que encontrar el camino de regreso a Yangshuo para devolver las bicis y salir pronto hacia el aeropuerto de Guilin. Todavía perdidos entre arrozales, aproveché el momento para meterme en lo profundo del campo y echar un último vistazo a mi alrededor, sentir la soledad de estar rodeado únicamente por aquellas montañas cubiertas de vegetación, despedirme de este paisaje único e incomparable. Eché la cuenta, habían pasado más de dos años desde que había anotado el sur de China en mi lista de destinos a los que escaparme durante el año de beca ICEX en Vietnam pero al final lo dejé pendiente por falta de tiempo. Otra cruz en el mapa, otro lugar de Asia que añadir a la colección, otro sueño cumplido.



La vuelta a Yangshuo en bibicleta era el final de nuestra estancia en la zona de Guilin y Yangshuo. Después de haber disfrutado de 4 días inmersos en esta región tan característica nos dábamos por satisfechos con la ración de colinas de caliza, ríos y campos de arroz que habíamos tenido. Llegaba el momento de continuar nuestra aventura por otros lugares de China, lamentablemente Javi tenía que decirnos adiós y dirigirse de vuelta a Hong Kong.

Próximo destino: Hangzhou.

3 comentarios :

zordor dijo...

Genial entrada como siempre, otra vez ganas de ir a china++ :)

Alberto dijo...

Juas... pues apenas he contado la mitad del viaje. No vas a aguantar hasta el final sin tener la tentación de comprar un billete a China. Jejejeje.

Gracias++.

Javier I. Sampedro dijo...

El último madrugón del viaje (por mi parte), pero bien aprovechado que estuvo. Lo del Banyan tree si que lo han sabido rentabilizar, y de los pocos sitios que no dan ganas de hacer muchas fotos pero ya ves los chinos cómo se lo pasan, jeje.

La rutita en bici cuando nos metimos por el camino y entre arrozales estuvo genial, lástima no haber tenido más tiempo para perdernos algo más si cabe, aunque ya luego el calor empezaba a apretar algo más.

Una buena despedida de Yangshuo para poner rumbo a nuestros siguientes destinos.