El fin de semana pasado estuvimos en Oarai Beach.
Oarai Beach es una de las playas más famosas de Ibaraki, la prefectura donde vivo.
Desde Tsukuba a Oarai Town tardamos en llegar unas 2 horas en coche. Era el sitio más conveniente porque las otras opciones suponían pasar por Tokio y probablemente nos tocaría sufrir atasco, así que fuimos a lo que más cerca nos quedaba.
Fuimos el primer sábado después de terminar la temporada de lluvias en Japón y se notaba que mucha gente tenía ganas de sol y playa. La playa estaba abarrotada.
Las playas de Japón no son muy fabulosas que digamos, la arena es negra y pegajosa y el agua del Pacífico está helada, pero con la llegada del verano teníamos muchas ganas de pasar un día en la playa, nadar en el mar, tumbarnos al sol y relajarnos en definitiva. Oarai cumplía nuestras expectativas.
A la hora del almuerzo pude confirmar que ojo, ¡en Japón también hay chiringuitos! No sólo a los españoles nos gusta sentarnos a tomar una cerveza y a comer en un restaurante a pie de playa. No me esperaba para nada encontrar algo así en Japón, jeje.
Estuvimos todo el día tostándonos vuelta y vuelta al sol y entrando de vez en cuando al agua para refrescarnos pero como digo estaba helada. Al final del día ya empezaba a estar más buena el agua y apetecía quedarse dentro pero entonces pasó algo que no esperábamos: dieron las 5 de la tarde y ¡cerraron la playa!
Como os digo, en cuanto dio la hora los socorristas se metieron en el mar y empezaron a pedir amablemente a la gente que se saliera del agua y volviera a la arena.
Al momento, no quedaba nadie en el agua. La gente había vuelto a sus toallas, había recogido todo y se había ido a su casa.
La playa empezó a quedarse desierta.
Nosotros no entendíamos nada, todavía quedaban por lo menos 2 horas de luz y era el mejor momento del día para disfrutar del agua. No estábamos dispuestos a volvernos a casa tan pronto así que esperamos a que los socorristas se marcharan y volvimos a entrar al mar.
Fue el momento que más disfrutamos porque después de estar todo el día abarrotada ahora teníamos toda la playa para nosotros. Podíamos jugar a la pelota sin miedo a golpear a alguien y correr entre las olas sin tener que esquivar a la masa de gente que había por la mañana. Mi amigo Nick aprovechó para sacar la cámara y tomar estas fotos:
Agradecimos mucho haber ido a la playa ese día. Acabamos todos más rojos que un cangrejo pero mereció la pena.
Hace 1 mes
4 comentarios :
Y por cierto, tenían tapas en el chiringuito? :)
La verdad que yo también me hubiera quedado de piedra al ver como desalojan la playa. Como dices, esas horas son las mejores, pero mira por donde que se quedaron solos con playa para ustedes, que lujo!
Muy buena la última foto.
Un abrazo!
Sí tenían tapas, pero de comida japonesa, claro. :-)
La última foto se la he robado a mi amigo Nick, que estuvo sacando fotos con la reflex mientras jugábamos con la pelota. Esta foto quedó muy bien.
Un abrazo.
La penúltima foto también está muy bien. Ojalá la cámara tuviera cierta resistencia al agua... jeje.
Por cierto, veo que con o sin socorrista os acabasteis metiendo en el agua por la tarde :)
Sí, mi amigo Nick fue un valiente y se atrevió a sacar fotos dentro del agua. Obtuvo una gran recompensa.
Los socorristas se marcharon después de despejar el mar de gente, así que no había nadie allí para impedir que nos volviéramos a meter. :-)
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