La última parada del viaje a Filipinas después de pasar por Boracay y El Nido era Manila, la capital del país. Disponía de unas horas antes de coger el avión de vuelta y me dispuse a cumplir una de mis asignaturas pendientes: visitar uno de los lugares de Asia más interesantes desde el punto de vista cultural por el importante legado histórico español que contiene.
Si nos remontamos un poco en la historia veremos que desde 1595 hasta 1898 Manila permaneció como capital de la colonia española en las Indias Orientales, por entonces se decía aquello de que "el Sol no se ponía nunca en el Imperio español". Fue fundada a orillas del río Pasig en 1571 por Miguel López de Legazpi, al mando de la expedición encargada por el Rey Felipe II, en cuyo honor se bautizó al archipiélago de Filipinas, para explorar la ruta desde México a las islas Molucas.
Tras la construcción del asentamiento, numerosos intentos de invasión de piratas chinos y japoneses obligaron a los españoles a levantar un muro defensivo de 4.5 kilómetros de longitud encerrando la ciudad en un área pentagonal de aproximadamente 64 hectáreas.
La ciudad amurallada contenía residencias, iglesias, palacios, hospitales, escuelas y sedes del gobierno y el acceso sólo era posible a través de puertas y puentes levadizos, lo que hizo que se otorgara a la ciudad el nombre de Intramuros o "dentro del muro".
Una de las fortificaciones más antiguas que se conserva en Intramuros es el Fuerte de Santiago, construido en 1571 sobre el asentamiento nativo anterior a la llegada de los españoles.
La puerta de acceso está decorada con la imagen de Santiago Matamoros.
La mayoría de las edificaciones originales construidas por los españoles fueron devastadas por ataques y desastres naturales a lo largo de los siglos y posteriormente fueron reconstruidas varias veces incluso. El mejor ejemplo de ello es la Catedral de Manila. La primera iglesia (1581) ardió en un incendio en 1583. La segunda iglesia (1592) fue arrasada por un tifón en 1588. La tercera iglesia (1584-1614) fue destruida por un terremoto en 1645. La cuarta iglesia (1654-1671) sufrió graves daños en 1863 tras otro terremoto. La quinta iglesia (1872-1879) fue completamente reducida a escombros durante la Batalla de Manila en 1945. La catedral actual (1954-1958), denominada oficialmente Basílica de la Inmaculada Concepción, es la sexta iglesia construida en el mismo emplazamiento.
En las últimas décadas la agencia gubernamental Intramuros Administration se ha encargado de la restauración y el desarrollo de la ciudad amurallada de Intramuros como sitio de interés histórico y principal atracción turística de Manila. Entre los numerosos trabajos realizados, ha llevado a cabo la rehabilitación de ejemplos notables de arquitectura colonial española de los siglos XVII, XVIII y XIX. Uno de estos ejemplos es Casa Manila, un museo que representa el modelo de arquitectura urbana que impusieron los españoles a su llegada.
Recorrer los patios y zaguanes de Casa Manila nos transporta por unos momentos a la época colonial. Además de ser un museo, los bajos de las viviendas se han habilitado con pequeños cafés y tiendas de souvenirs, para darle más vida al complejo.
Por último, el legado español en Manila no se limita sólo a Intramuros, es posible encontrar iglesias de la era colonial en cualquier rincón de la capital. El mejor ejemplo es la Iglesia de Malate, construida en el siglo XVI por los agustinos y dedicada a Nuestra Señora de Remedios, hasta contiene una imagen de la virgen María traída desde España en 1624.
La historia cobra vida en Manila. Si tenéis la oportunidad de viajar a Filipinas dejad por un día sus maravillosas playas y recorred durante unas horas el centro histórico de la capital, es una visita cultural muy recomendable.
Hace 1 mes
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