El fin de semana pasado estuvimos de viaje por el Norte de Vietnam, nos unimos a la excursión de los becarios de la Oficina Comercial de Singapur: Mike, Paula y Ana.
La visita a Hanói empieza por el Museo de Ho Chi Minh, una enorme estructura de cemento. El Museo recoge fotos de la vida del tío Ho y cosas que utilizó, surrealista y todo dirigido a engrandecer las virtudes del político. Pedro no pudo resistirse al lavado y al salir del Museo se compró un sombrero como el de Ho Chi Minh, típico de explorador de safari de color verde y con el escudo de Vietnam en la frente, para parecerse más a él y ser mejor persona.
Al lado se encuentra el Mausoleo, que estaba en obras en esos momentos. El Mausoleo contiene el cuerpo de Ho Chi Minh embalsamado y conservado en un sarcófago de cristal (como Lenin y Mao). Tradición comunista.
La cola para ver al amado lider siempre es larga y se respira un profundo respeto en el ambiente. Todos los visitantes vietnamitas muestran una gran admiración por el político y su papel de libertador del pueblo contra el colonialismo. Yo no lo pude ver porqué llegué tarde, sólo lo muestran de 8 a 11 de la mañana, pero la gente dice que se le ve un poco pálido al hombre.
Frente al Mausoleo hay una explanada con la bandera ondeando, perfecta para desfiles militares, como Tiananmen o la Plaza Roja (vale, dejo ya las comparaciones, supongo que ya habéis captado el aire comunista que se respira en Hanói).
Todo el complejo del Mausoleo es una zona peatonal con amplios paseos, monumentos y parques. Echo en falta algo como eso en Saigón, una zona por donde pasear y tumbarte en la hierba, lejos del ruido de las calles.
Entre el Museo y el Mausoleo se sitúa la Pagoda del Pilar Único, construida por el emperador Ly Thai Tong.
Está hecha de madera y se sostiene sobre un solo pilar de piedra por encima de un estanque. Tiene mil años de antigüedad, aunque fue reconstruida después de que los franceses la destruyeran antes de abandonar Hanói en 1954, cuando les "dieron pal pelo".
Tiempo para comer. Vamos a KOTO, por recomendación de la guía, un restaurante con un proyecto benéfico que ofrece formación en cocina a los chicos de la calle. Está situado junto al Templo de la Literatura, nuestra siguiente parada.
El Templo de la Literatura, dedicado a Confucio (ya hablé de la diferencia entre templos y pagodas), se construyó para honrar a los hombres sabios de letras. Aquí se estableció la primera universidad de Vietnam en 1070. El templo está separado en cinco patios cerrados, con un pasillo central que atraviesa las puertas de entrada.
El Templo de la Literatura está exactamente a 2km del lago Hoàn Kiếm, la próxima parada.
El lago Hoàn Kiếm se encuentra en el corazón de Hanói. La leyenda cuenta que en el s. XV el cielo envió al emperador Lê Lợi una espada mágica, que usó para expulsar a los chinos de Vietnam. Un día después de la guerra se encontró en el lago con una tortuga gigante dorada, que cogió su espada y desapareció en el lago. Desde entonces, el lago es conocido como Hồ Hoàn Kiếm (Lago de la Espada Recuperada), porque la tortuga devolvió la espada a los dioses.
El mito de la tortuga sigue presente hoy día. Se sabe que existen tortugas enormes, de 2 metros de longitud, que habitan en las profundidades del lago y que rara vez salen a la superficie. De hecho, traen suerte a quien consiga ver una. Nosotros tuvimos mucha suerte porque vimos una, que justo esa semana le había dado por asomarse a tomar el sol, algo que no pasaba desde hacía años. La gente se agolpaba a la orilla para verla de cerca, algunos hasta el punto de casi caerse al lago. Se han visto tan pocas veces a estas enormes criaturas que entre aparición y aparición, con el paso de los años, la realidad se va conviertiendo en mito... ¿Serán estas tortugas las descendientes de la tortuga dorada de Lê Lợi? ¿Existen de verdad? Pues sí, yo he visto a una...
Si antes decía que echaba en falta en Saigón tener amplios paseos y parques como los de la zona del Mausoleo en Hanói, tener un lago más aún. La gente pasea por la orilla, se sienta a relajarse y practica tai chi al amanecer, ... da mucha vida.
Como ya estaba anocheciendo, unas compras y a cenar para hacer tiempo antes de que saliera el avión. El vuelo se volvió a retrasar y me encontré a la 1 de la mañana en la puerta de embarque. Llegué a las 4 a casa, ¡qué paliza de viaje!
Muy bonito Hanói, poco que ver con Saigón. Tiene más monumentos y lugares por los que pasear, pero hay que reconocer que la fiesta no abunda. No creo que pudiera vivir ahí tan cómodamente como en Saigón.
Después de este viaje al Norte y la excursión al Mekong, ¡el próximo viaje a la playa!
Hace 1 mes
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