viernes, 10 de diciembre de 2010

Una simple multa de aparcamiento

La semana pasada varios compañeros de la universidad decidimos acercarnos a la Oficina de Inmigración de la prefectura de Ibaraki. El propósito era obtener el permiso de trabajo compatible con nuestro visado de estudiante, por si en el futuro surgiera la posibilidad de tener un trabajo a tiempo parcial para sacarse unas pelas. El permiso es gratuito y no es más que una pegatina en el pasaporte como la del permiso de reentrada en Japón pero es necesario acercarse a Inmigración para hacer el trámite.

Ir desde Tsukuba hasta Mito en transporte público nos costaba ida y vuelta más de 2000 yenes así que como éramos cinco decidimos alquilar un coche para ahorrarnos dinero, apenas eran 60 km de distancia. Yo me ponía al volante con mi licencia de conductor internacional. Juas, maldita la hora que decidimos hacer esto, ya que al final nos acabó saliendo mucho más caro, ahora explico por qué...



Llegamos a Mito y una vez allí fue fácil encontrar la Oficina de Inmigración. Estaba junto al canal, estuvimos dando una vuelta para encontrar un parking donde dejar el coche pero no había nada cerca. Hay que remarcar que en Japón por lo general no existen plazas públicas de aparcamiento y vayas donde vayas hay que aparcar el coche en el parking asignado (por ejemplo, el de un restaurante o una tienda) o sino en un parking privado. Sólo he llegado a ver algunas plazas públicas de aparcamiento en barrios como Ginza, en Tokio, y funcionan con parquímetro. El caso es que después de dar una vuelta vimos que enfrente de la oficina había ya varios coches aparcados junto a la pared. La calle era bastante ancha y poco transitada por lo que los coches no molestaban en absoluto. Supuse que el trámite de obtener el permiso sería rápido así que aparqué el coche allí y entré en la Oficina de Inmigración. A los 10 minutos salí a controlar el coche y entonces me pregunta una señora si he aparcado el coche afuera. Salgo preocupado y me encuentro con un papel pegado en el cristal delantero.


No hacía falta saber japonés para adivinar que se trataba de una multa de aparcamiento indebido. Al parecer, desde las 12:59 hasta la 1:04 había estado allí un señor esperando. Ni 10 minutos que había pasado dentro y justo me habían puesto una multa, pienso, qué mala suerte que he tenido.

Por entonces no sabía que las multas en Japón las puede poner tato, no tiene por qué ser necesariamente un policía; está privatizado para entre otras cosas liberar de esta carga al Cuerpo de Policía. ¿Os imagináis que en España cualquiera pudiera poner una multa si has aparcado el coche en un sitio indebido, incluso por la noche? No me cabe duda de que sería un oficio de riesgo.

Para lo que sí hacía falta saber japonés era para adivinar qué demonios había que hacer con la multa. Pregunté a una compañera que se maneja bien con los kanjis y me dijo que en la pegatina no se detallaban instrucciones sobre qué hacer con el papel. Yo en ese momento supuse equivocadamente que la multa llegaría a la agencia de alquiler y que al devolver el coche podría comentarlo por si tuviera que abonar algo; en tal caso me imaginé que no sería mucho dinero pues aunque el coche estaba aparcado donde no debía para nada entorpecía el tráfico en la calle. Así pues no me preocupé mucho y ya esperé a que terminara el trámite en Inmigración y pudiéramos volver a Tsukuba para devolver el coche.

Error monumental. Una de las cosas que deberían meter en la cabeza a los occidentales que llegan a Japón es que no se debe pensar, no se debe aplicar la lógica porque en Japón las cosas funcionan de un modo diferente. Hagas lo que hagas hay que tener siempre presentes las normas y en este caso caí en el error de no informarme antes de cómo actuar cuando recibes una multa de aparcamiento en este país.


El procedimiento obligatorio es que hay que llevar el papel a la comisaría más cercana al lugar de la infracción y una vez allí obtener la multa. Pero claro, explicar este procedimiento obligatorio en el papel está de más por lo que parece...

De camino a Tsukuba me llaman de la agencia de alquiler, ya se han enterado de que me han puesto una multa. (Joder, qué rápidos son aquí). Les digo que voy de camino a devolver el coche. Llego sobre las 18h. Cuando llego les enseño el papel amarillo y entonces me dicen que tenía que haber llevado el papel a la comisaría de Mito para recoger la multa allí. Entonces me enseñan un cartel en inglés que ya podían haber impreso con el resto de la documentación que me entregaron al alquilar el coche en el que explica que si tramito la multa de aparcamiento en el lugar de la infracción son ¥15.000 (135€) y que si devuelvo el coche sin haber hecho el trámite tengo que pagar ¥25.000 (225€) a la empresa de alquiler para que lo hagan ellos por mi. No completar este trámite y hacer frente a la penalización implica que la agencia informe a la Policía, a la Comisión de Seguridad Pública y a la asociación Rent-a-Car, de forma que en el futuro todas las agencias de Japón me negarían el alquiler de un vehículo. Pregunto a los de la gencia si puedo acercarme a la comisaría de Tsukuba a pagar la multa ya que todavía son las 18h de la tarde y me dicen que no, que sólo se puede pagar en Mito.

No es posible que en Japón sean tan estúpidamente cuadriculados, esto es ridículo, ¡si estamos dentro de la misma prefectura!

Les dije que por ahorrarme 90€ por supuesto que me iba de vuelta a Mito a pagar la multa, 60 km, 45 minutos en coche. Llego entonces a la comisaría de Mito y le entrego la pegatina amarilla al agente. Me pide el Alien ID, ok. Me pide el permiso de conducir, ok. Me pide el pasaporte, ¿qué?. No lo llevo encima señor agente, con llevar el Alien ID y el permiso de conducir internacional creo que voy suficientemente documentado por la vida. Entonces me dice que sin pasaporte no puede tramitar la multa.

Por entonces no sabía que aunque el permiso de conducir tenga una duración de un año y se pueda renovar tras la fecha de caducidad sólo se puede conducir con permiso internacional en Japón durante un año seguido, algo que se necesita comprobar con los sellos de entrada y salida del país en el pasaporte. La trampa es que para renovar un permiso de conducir internacional es necesario pasar al menos 3 meses fuera de Japón. En caso de renovar este permiso y sobrepasar el año de conducción seguido en Japón se estaría cometiendo la grave infracción de conducir sin permiso válido, lo cual supondría un agravante a la infracción por aparcamiento indebido. He leído historias escalofriantes de extranjeros que han sufrido un accidente por causa de otro conductor japonés pero que han sido penalizados por la circunstancia de renovar el permiso de conducir internacional sin pasar los 3 meses requeridos fuera del país. En un país como Japón no conocer las normas no exime de su cumplimiento y se carga con todas las consecuencias.

Bueno, como iba contando, al no tener pasaporte el agente no podía comprobar si mi permiso internacional era válido y no me podía expedir la multa. En ese momento sufrí una crisis de ansiedad e igualmente podía haber montado el pollo madre en la comisaría y liarla parda como por el contrario quedarme petrificado y sin habla como me quedé. ¿Significaba aquello que había vuelto hasta Mito para nada? ¿Tendría que regresar a Tsukuba una vez más para coger mi pasaporte? Al quedarme quieto un rato delante del policía este me preguntó si me encontraba bien y le dije que no porque había venido desde Tsukuba sólo y exclusivamente para pagar la multa. Entonces va y me suelta, ¡pero si la podías haber pagado en la comisaría de Tsukuba, está dentro de la misma prefectura!. Mi indignación por la inflexibilidad de la burocracia japonesa se tornó en ira, en ira hacia el estúpido empleado de la empresa de alquiler. Le di las gracias al policía y agarré el coche de regreso a Tsukuba. Eran las 21h y por el camino de vuelta sólo pensaba en mandarlo todo a tomar por culo y estampar el coche contra la agencia de alquiler con la puta pegatina pegada en el parabrisas.

Después de 45 minutos conduciendo se me bajaron las iras y me concentré en hacer las cosas bien: ir a casa a por el pasaporte y a continuación a la comisaría de Tsukuba, con un poco de suerte algún agente estaría de turno y podría expedirme la multa.



Después de una inesperada cadena de desgracias la suerte me sonrió, en la comisaría de Tsukuba había un agente de guardia que podía expedirme la multa. Me pidió el permiso de conducir internacional y el pasaporte y me dijo que esperara. Pasaron 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, media hora... me levanto del asiento y veo que el policía al que había entregado los documentos había movilizado al resto de agentes de guardia para conseguir descifrar el carnet de conducir, que por supuesto incluía todos los idiomas menos el japonés. Agentes llamando por teléfono vete a saber dónde, agentes intentando traducir el carnet palabra por palabra, agentes imprimiendo faxes con el modelo español del permiso de conducir internacional, agentes comprobando mi pasaporte y elaborando un historial de viajes con todos los sellos de inmigración de los países de Asia que he visitado, ¡impresionante la que había liado! Pero bueno, Japón es un país donde apenas hay criminalidad así que las comisarías no suelen andar muy saturadas de trabajo. :P

Al cabo de 45 minutos el amable policía me entregó el permiso de conducir y el pasaporte y me dijo que todo estaba en orden. Suspiros de alivio. Por fin puedo tener mi multa de aparcamiento, bravo. Ya podía proceder al pago de ¥15.000 (135€). ¿Qué había supuesto ahorrarse 90€ en el pago de la multa? Más de 4 horas de mi vida perdidas, 120 km recorridos en coche a lo tonto y una pequeña crisis de ansiedad, nimiedades. La enorme gentileza con la que fui atendido por el policía japonés hacía menos doloroso soltar los ¥15.000, casi un placer.



Con el cheque que me dieron en la comisaría fui al día siguiente al banco y pagué los ¥15.000, de no hacerlo antes de la fecha indicada me expondría a que me llevaran a juicio.

A continuación fui a la agencia de alquiler a devolver el coche. Había estado imaginando ese momento toda la noche. ¡Ahí sí que monté el pollo madre! Les dije que ahí tenían su maldita multa ya tramitada y pagada y que por su inutilidad me había visto obligado a hacer el viaje de ida y vuelta a Mito para nada, pues podía haber pagado la multa en cualquier comisaría de Ibaraki, incluída la de Tsukuba (la comisaría está a 4 minutos andando de la agencia de alquiler). La gasolina por tanto la iba a pagar su abuela. Comprendieron mi enfado y me pidieron disculpas por la pérdida de tiempo ocasionada y sentían no haber sabido que la multa podía ser gestionada en toda la prefectura.

Ahora comparemos esta historia con otras experiencias que he tenido y analicemos lo que yo denominaría las incomodidades de vivir en un país desarrollado.

Combatir la burocracia puede ser igual o más duro que combatir la corrupción.

Cuando vivía en Vietnam una vez me pusieron una multa por conducir con la moto en el carril de los coches, una práctica que sigue casi la totalidad de la población pero que está contemplada en las normas de circulación. Un policía me paró y me pidió la documentación, que no llevaba encima, ni carnet de conducir ni papeles del seguro. Le lloré un poco al policía y le expliqué que trabajaba en Vietnam y que me habían alquilado la moto sin papeles y que no llevaba conmigo en ese momento el carnet de conducir; también que no sabía que circular por el carril derecho en moto estaba prohibido y que yo hacía lo que todo el mundo.

En esa situación de incumplimiento de las normas de tráfico, del desconocimiento de las mismas y del desconocimiento de la obligación de llevar la documentación en regla el policía me dijo que esa vez no había problema, que la multa era sólo de 50.000 VND (2€) por conducir en el carril equivocado. Todo se solucionó en 5 minutos. Nunca he conocido a ningún expatriado en Vietnam que tuviera serios problemas por cometer una infracción de tráfico leve, si acaso en vísperas del Festival del Têt los policías paran a más gente de lo habitual por cometer pequeñas infracciones esperando que algún soborno se cuele en sus bolsillos.

Estoy seguro de que en la misma situación en Japón se me habría caído el pelo y hubiera cargado con todas las consecuencias de la infracción y del agravante de no llevar la documentación en regla. Pero segurísimo. Ni ser extranjero, ni llorar, ni mucho menos sobornar; el desconocimiento no exime de la responsabilidad y punto. Tan seguro como que el policía de Mito no quiso expedirme la multa por no llevar el pasaporte encima a pesar de que la fecha de caducidad de mi permiso internacional era válida y acababa de recorrerme 60 km expresamente para tramitar la multa.

No es que esté defendiendo el sistema permisivo y en ocasiones corrupto de los países del Sudeste Asiático pero hay que reconocer que no hace falta preocuparse demasiado por cumplir las normas de tráfico, en cambio en Japón hay que tener un extremo cuidado cuando se conduce un vehículo, no sólo por respetar esas normas (cuya infracción puede acarrear una multa considerablemente elevada) sino por tener en cuenta esos pequeños detalles como el plazo de 3 meses para renovar el permiso de conducir internacional si uno no quiere terminar metiéndose en un lío más gordo.

La verdad es que después de esta experiencia se me han quitado las ganas de volver a alquilar ningún coche en Japón, por lo menos hasta que me convalide el permiso de conducir español por el japonés. Paso de tener que ir siempre con el pasaporte encima para que en caso de percance los agentes puedan comprobar si mi permiso internacional es legal.

Me gusta postear historias que puedan terminar en debate, ¿qué opináis vosotros? ¿Pensabais que alquilar un coche en Japón sería menos problemático? ¿Alquilaríais un coche en Japón sabiendo ahora que hay que tener tanto cuidado o preferirías viajar en transporte público y no tener que preocuparos? Hay que reconocer que para viajes en grupo el coche viene bien por el precio, a Nikko y a Kamakura fui en coche y el ahorro fue considerable.

11 comentarios :

Sito dijo...

Interesante experiencia, son esas en las que en el momento lo pasas mal pero luego recuerdas divertida.

Yo creo que, una vez has aprendido como funciona el sistema, en este caso el de tráfico, es cuando estás realmente preparado. No digo que ahora cojas el coche siempre, pero yo volvería a hacerlo si se volviera a dar la situación, ahora sabes lo que debes o no hacer y como. Es cierto que te ha costado un dinero, pero piensa que has ganado otra experiencia y conocimiento sobre el país, que al final es para lo que vamos alli. Para mi no has perdido 4 horas de tu tiempo.
El que no se mueve y se queda en casa no vive.

Sigue así crack.

Sabes que he estado cerca de irme a Malasia? jaja, ya te contaré algún dia, y espero que por alli.

Un abrazo.

zordor dijo...

Vaya historia! pero bueno, de todo se aprende tio! Yo personalmente creo que alquilar un coche en Japón conviene solo en situaciones muy determinadas. Los viaje en coche salen muy caros, ya sea por peajes o por aparcamientos y más aun si toca pagar multas. Además en muchas ocasiones son menos eficientes que los transportes públicos. En mi opinión solo son convenientes para situaciones donde el transporte público no te conviene en absoluto o directamente no se pueda. Lease para una mudanza o para ir a un sitio que esta a 40 minutos en coche pero que por combinación de trenes son 2 horas...

De cualquier modo en el 90% de los casos lo mejor es tirar de trenes. Siempre IMHO of course :P

Laura dijo...

Los japoneses se pasan con sus reglas. No digo que me encante el sistema laxo del Sudeste asiático (me tengo que pegar todo el día para no tener que pagar corrupciones y demás), pero lo prefiero mil veces al sistema tan estricto japonés. Por supuesto que es importante que la gente respete las normas de conducir (en Camboya es bastante más exagerado que en Vietnam porque todo el mundo conduce a contrasentido), pero tampoco es cuestión de hacer la vida imposible a alguien que quiera pagar una multa. En realidad yo sólo he pasado dos semanas en Japón, en las que por cierto alquilé un coche con unos amigos, y francamente me agobié bastante.

Alberto dijo...

Gracias por vuestros comentarios.

Ciertamente este tipo de cosas son las que sólo aprendes cuando te pasan. Tenía intención de renovarme el permiso de conducir internacional al volver a España pero ahora sé que no vale para nada porque no pasaré 3 meses fuera de Japón. Si hubiera alquilado el coche con el permiso renovado y me hubieran cazado habría cometido una infracción de conducir con permiso ilegal.

Andrés, con el carnet japonés alquilar un coche será menos problemático. :-)

Oye, ¿cómo que has estado cerca de irte a Malasia? Explícame, ¿te enviaba la empresa?, ¿cambio de vida?

Espero que no veamos de nuevo por Asia algún día. Un abrazo.

Rodrigo, sí, una larga historia. En su momento lo pasé mal pero todo se arregló. Eso sí, fue un gran +1 al contador de "incomodidades burocráticas japonesas" que todos los extranjeros sufrimos al llegar aquí.

Para ciertos casos viene bien el coche como dices, para el día a día lo veo un coñazo y dudo que nunca me comprara un coche en Japón. Lo más problemático son los atascos y el encontrar aparcamiento. En un país donde el transporte público funciona tan bien no tiene mucho sentido sufrir por moverse en coche. Alquilar un coche cuando vas con amigos puede salir rentable, a Kamakura fuimos 7 en un coche grande y el ahorro fue considerable.

Laura, veo que compartimos la misma opinión. ;-) Vivir un tiempo en el sudeste asiático te hace sentir que el caos no está tan mal después de todo. Algunas situaciones son peores, otras mejores.

Valoro mucho tu comentario porque has vivido estas dos caras de Asia y puedes comparar bien, por aquí a veces me miran raro por pensar que en algunos aspectos se vive mejor en Vietnam que en Japón.

Saludos.

EL TÍO CHIQUI dijo...

Cuando comentabas a media historia: "sólo pensaba en mandarlo todo a tomar por culo y estampar el coche contra la agencia de alquiler con la puta pegatina pegada en el parabrisas"...se me ha puesto la carne de gallina, he pensado que podía estar ante la mejor historia jamás contada por un bloguero español en Japón. Aunque cierto que la tuya no está nada mal!! ;)

un abrazo Alberto!!

Alberto dijo...

De verdad que lo pensé, Chiqui. Iba tan furioso que decidí volver a Tsukuba por carreteras comarcales en lugar de la autopista de peaje porque sabía que seguramente sobrepasaría el límite de velocidad y me acabarían poniendo otra multa. Eso habría sido ya el colmo: voy a Mito para nada y encima vuelvo con otra multa. xDDDDD

Al día siguiente no les estampé el coche a los de la agencia de alquiler pero les canté las cuarenta y lo devolví sin repostar gasolina. Cuando la chica me pidió las llaves y me dice "no has echado gasolina" le solté, "ven para acá que tenemos que hablar".

Ahora me río pero no le deseo a nadie pasar por esto, por eso mi deber es contarlo y que la gente vaya prevenida. Si conduces con permiso internacional, no olvides el pasaporte por lo que pueda pasar.

Un abrazo.

Dani Lobera dijo...

Gran historia Alberto :)

Si te sirve de consuelo, en Singapur, aparte de comerte el marron de multa, que te pidan el pasaporte si o si (aun llevando otros documentos identificativos), y demas marrones de la historia, también te habrian hecho pagar la gasolina que faltaba, más una penalización :)

Un abrazo crack!

Sirventés dijo...

Vaya odisea!

El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Eso es un principio universal que garantiza que se trate a todo el mundo por igual. Es fundamental para las estabilidad económica, aunque no todo son ventajas...
La capacidad de las autoridades y las empresas para complicar tareas sencillas es infinita.
Por cierto, me encanta la nueva cabecera. El logo queda espectacular.

Luis dijo...

Así es la burocracia japonesa. Acabas acostumbrándote y sabiendo que te pueden salir con algo imprevisible cosa en el momento de hacer cualquier papeleo.

Lo del límite de 1 año para el carnet de conducir internacional ya lo sabía, y aunque me lo voy renovando año tras año, prefiero no usarlo en Japón. La primavera pasada me lo llevé a Okinawa, allí no hay trenes y las rutas de autobús son pocas e inconvenientes. Pregunté en la agencia, y a la vez que me dieron un papel para firmar que estaba enterado de esas condiciones, me decían que no pasaba nada. Por si acaso no me arriesgué.

Bueno, ahora tranquilízate y piensa que cada historia que te pasa en Japón tiene algo de lo que aprender, y que las recordarás para siempre y algún día se las contarás a tus descendientes.

Mexiñol dijo...

Joder que odisea chaval, con lo fácil que resulta soltarle dos euros al poli de vietnam

Alberto dijo...

Jajaja, sí pero en Japón me parece que sólo empeoras las cosas si intentas sobornar al policía.